De higos a brevas

Es vergonzoso el trato que dispensan al consumidor, es vergonzoso cómo nos engañan con los productos que compramos, en un ejercicio absurdo que se debería acabar.
Si yo compro unas brevas grandes, maduras al tacto, en su punto porque están incluso algo abiertas, espero al abrirlas encontrarme una fruta como yo recuerdo que es, ROJA y CON SABOR.
Pero en cambio me encuentro una fruta sin color, sin sabor, sin aroma, sin azúcar.
Recogemos del árbol la fruta verde, muy verde, por el miedo (posiblemente cierto) de que no llegará al mercado en condiciones. Y si, llega entera pero FALSA. ES UNA IMITACIÓN DE BREVA, es una fruta que no sirve.
Y eso sucede con casi TODAS las frutas que compramos.
Yo quiero volver a comer brevas, alberjes, melocotones, peras, uva con sabor, como eran hace unas décadas, como son las frutas cuando las robo del árbol. Yo pago con dinero de verdad lo que me piden, así que exigo una fruta de verdad. Lo malo no es tirar el dinero a la basura, lo peor es que me quedo sin saborear unas brevas como dios manda. Bueno creo que dios ya no manda nada.