Cómo hacer una menestra de verduras, congelada muy rápida y fácil

En una olla rápida ponemos a pochar en una cucharada sopera de aceite de girasol u oliva lo típico para una base de salsa; media cebolla muy picada, algo de pimiento rojo y verde (y algo de ajo si gusta, aunque para este plato yo no lo recomiendo si no eres de los que gustan del ajo).

Cuando está pochada la verdura añadimos una lata de medio kilo de tomate triturado, sal y unos golpes de pimienta negra recién molida. Y seguimos pochando (friendo con fuego medio) todo unos cinco minutos.

Añadimos tras ese refrito una bolsa de menestra congelada y a continuación cerramos la olla rápida. Cuando pite o avise la olla, apagamos el fuego. No es necesario más tiempo. La verdura debe quedar un poco al dente.

Se sirve tal cual o añadiendo unos huevos duros picados y unos trocitos de jamón que se ponen a sudar dentro y encima de la verdura unos minutos con el calor residual de la olla.

Una menestra de verduras muy fácil de hacer y que sobre todo depende de haber elegido una buena bolsa congelada con ingredientes variados. Es importante esto, saber elegir una buena menestra congelada, pues no es un producto muy caro. Al igual que el jamón o el huevo duro picado, también se le puede añadir una lata escurrida de espárragos a trozos. O incluso unas patatitas fritas cortadas pequeñas y que en este caso sí, dejaremos cocer con la menestra ya destapada entre 2 y 5 minutos depende del tamaño de la patata. Yo aconsejo que no sean trozos mayores de un centímetro de lado.

Tallarines con setas. Análisis de dos posibilidades y marcas

Hoy hemos jugado a probar un plato de tallarines con setas, con dos variables, ambas rápidas y sencillas.

Por un lado un sobre de tallarines con setas de Gallina Blanca, con 10 minutos de trabajo y listo para dos personas. Su coste 1,3 euros. Por otro una pasta fresca para dos (casi para tres) y un paquete de salsa ya hecha de setas de marca Gallo. El precio total sobre los 3 euros.

En las imágenes, sobres de las dos variables y sus respectivas imágenes de la pasta a punto de servirse.

La textura de la pasta es similar, mejor la fresca pero muy bien resuelta la del sobre de Gallina Blanca. La fresca se hace en 4 minutos, la del sobre en 10 minutos. Al sabor la cosa cambia notablemente.

Es más sabrosa la de Gallina Blanca, los trozos de setas se notan más y son más gruesos, pero tiene un exceso de sabor final a "Gallina Blanca" con perdón. Es una lástima, pues ese sabor excesivo está mal resuelto, acercándose demasiado a las sopas de sobre.

Aunque más cara la pasta fresca (en este caso era de la marca Auchan y pesaba 250 gramos por un euro), salen perfectamente tres raciones; mientras que la del sobre de Gallina Blanca se queda en dos raciones justas.

Tener en cuanta para mejorar ambas recetas, que en el caso del sobre de Gallina Blanca, es mejor en vez de poner agua para cocer, poner mitad agua y mitad leche. Y en el caso de la pasta fresca no olvidar la sal a la hora de cocer y añadir una chorradita de nata a la salsa, sobre todo si no se va a servir en el momento. Y calentar en microondas o sobre el fuego al menos un minuto.

En todos los casos, si queda algo de pasta sin consumir, se conserva perfectamente si le añadimos una chorrada de leche para aclarar la salsa.

Patatas fritas de bolsa "marca blanca"

Cuando se hacen comparativas con "marcas blancas" es complicado aseverar nada, pues los proveedores de esas marcas, cambian de fábrica con los meses.
Pero en un producto en donde las diferencias de sabor y calidad son en la mayoría de los casos mínima, es precisamente en las patatas fritas de bolsa.
Sin duda, en sabor siguen siendo mejores en muchos casos las patatas fritas de marca, en este caso Lays, en comparación con la de marca Auchan, pero la diferencia de precio (casi el doble) hace que en un análisis comparativo en donde el precio tenga su palabra, sale ganando la marca blanca.
De hecho Auchan suele vender patatas fritas de bolsa de calidad buena a muy buena, algo que no todos pueden decir, pues a veces te encuentras con productos muy salados, el gran problema de este producto si no se ha realizado bien.
Sin duda Lays y otras marcas de primera calidad están haciendo un gran trabajo en su comercialización de productos novedosos, dentro del aperitivo de patata frita y los consumidores podemos elegir nuevos sabores a un precio algo más alto.

Cañada. Un pan con aceite y azúcar


En algunas zonas de España se vende un pan que llamamos "Cañada" aunque el nombre varía según zonas geográficas, y que es una masa de pan, algo más cocida de lo normal, con aceite de oliva y azúcar por encima y en algunos casos, dentro de la masa también.
Es un pan que quiere simular el que en muchos pueblos se hace en el fogón de leña para desayunar o merendar, empleando rebanadas de pan de hogaza pero cortadas a cuchillo, y puesto a tostar en los laterales del fogón de la cocina, al calor de la llama no directa de los leños, y que se sirve con aceite de oliva por encima y rociado de azúcar.

Revuelto. Una bebida para las mañanas frías. También Barrecho o Barrecha.

Ha perdido esta bebida el uso clásico en las mañanas frías del norte de España, pero durante décadas, tras levantarse, lo primero que se tomaban los hombres para ir a trabajar y "despejarse", era una copita de revuelto. Bien en casa, bien en el primer bar que encontraban en su camino.

El revuelto es una bebida en donde se mezcla a partes iguales anís seco con moscatel, o anís dulce con vino rancio. Una bebida dulce con una bebida seca. Una bebida de alto grado con una bebida de grado medio.

Ahora todos y todas salimos de casa bien desayunados y la leche y zumo en un fijo en nuestras mesas, pero en aquellos años la leche no era una bebida "para hombres".

Hay que entender también que en aquellos años los hombres se levantaban de la cama antes de salir el sol para estar en el campo cuando se empezaba a ver  con luz natural y el sueño era alto y el cansancio no se había compensado con las horas de cama. 

Y que además la leche para calentarla había que encender el fuego, algo costoso en tiempo de espera y de utilización de leña para un simple vaso de leche.

Y para calentar el cuerpo en aquellos años de frío tomaban bebidas fuertes, que pudieran servirse sin hacer fuego y calentaran rápido las energías. Con un cacho de hogaza y algo de tocino o chorizo de olla, habían desayuno para comenzar el día en el campo.

En algunas otras zonas españolas se llama a esta bebida: barrecho o barrecha.