La morcilla como prueba de que nuestra gastronomia es muy variada

Pocos productos de nuestra gastronomía son tan auténticamente españoles como las morcillas de arroz. Tú invitas a cenar a un inglés o a un ruso y que no estén muy viajados, y ofréceles para cenar unas morcillas recién hechas. Fritas y desgrasadas para no complicar la cena.
No les digas lo que es el producto. Déjales que las degusten.
Y para rematar la faena o la noche explícales que son sangre de cerdo con cebolla, grasa y arroz cocidos, todo metido dentro de la tripa del intestino grueso del cerdo y atado con una cuerda.
Tienes asegurado el recuerdo de aquella noche en la memoria del visitante, y para toda su vida.
Si acaso las criadillas rebozadas, los caracoles con sus mocos a la llauna y las almejas crudas con limón. podrán competir en asco para el debutante en la cocina curiosa española Por cierto platos maravillosos.