Pan, harina, trigo espelta en cultivo ecológico

La espelta (también conocido como escaña o escanda) es una variedad de trigo que se cultiva desde hace unos 7.000 años en todo el mundo (en España desde hace 5.000 años) y que está considerado como el cereal que da origen de todas las variedades de trigo actuales. En algunas regiones o países se conoce a la espelta como trigo verde y en otras como trigo salvaje debido a su aspecto más rústico y su sabor más intenso.

Tanto en el Antiguo Egipto como en China se usaba, además de cómo alimento, en la elaboración de la cerveza.

Al igual que con el trigo común, la espelta se utiliza para elaborar pan, galletas, harinas, cerveza, copos y sémolas como el cous-cous, aunque es mucho menos conocido que el trigo común.

En forma de semillas germinadas se multiplican sus nutrientes con un sabor algo dulzón.

La espelta es una variedad de trigo ideal para el cultivo ecológico ya que por un lado tiene una gran resistencia a las plagas y diferentes parásitos y por otro lado soporta bastante bien climas adversos y terrenos poco propicios (soporta bien el frío y la falta de agua), contiene gluten, estando así contraindicado en aquellas personas con intolerancia al gluten (celíacos), la espelta tiene un mayor nivel de proteínas, minerales, vitaminas y oligoelementos que el trigo común.

Además de un buen nivel de proteínas también contiene los ocho aminoácidos esenciales. Esto es muy interesante para aquellas personas vegetarianas.

Su buen aporte de magnesio, potasio, hierro, fósforo, vitamina E, vitamina B, Omega 3, Omega 6, Omega 9 y betacaroteno la hacen muy nutritiva. La espelta nos aporta mucha fibra, siendo ideal, pues, para el estreñimiento, obesidad y cualquier problema causado por la falta de fibra. También es muy rica en ácido silícico que es uno de los nutrientes más necesarios en nuestro organismo ya que forma parte de nuestros tejidos y órganos.

El principal problema es su precio, pues los panes, al ser un producto minoritario, son más caros en el mercado. En los panes se utiliza mezclado con harina de trigo normal y harina de trigo integral. Su producción por hectárea es menor que el del trigo común y su cáscara es más difícil de retirar para hacer harina blanca. En cambio germina mejor que el trigo para hacer germinados en casa y soporta muy bien las enfermedades lo que no hace necesario los pesticidas.