Aprendamos a jugar con los vinos

Unos de los grandes y viejísimos inventos de la humanidad, es sin duda el vino o todas esas bebidas fermentadas que desde hace miles de años alegran las sensaciones y abren los apetitos. Al menos los apetitos de hablar. El vino está vivo —ya sé que lo sabe— y nosotros también estamos vivos, y la mezcla de estos dos elementos vivos producen una serie de sensaciones nunca iguales, difícilmente repetibles. Yo les propongo un sencillo juego.

Para este ejercicio casero de cata, se necesitan al menos 2 personas aunque lo ideal es 4 con diferente experiencia enológica para enriquecer de opiniones el encuentro con los vinos.

Ponga en 4 copas normales un rosado del año, un tinto crianza, un manzanilla o fino seco y un rancio dulce u Oporto. Vinos totalmente diferentes, muy diferentes.

Empiezan a probar por el orden que he colocado antes los vinos  (con calma y degustando) y a comentar entre ustedes las sensaciones de cada uno de ellos.

Olor, textura del vino en boca, sabor, sensaciones en la totalidad de la degustación, e intenten buscar comparaciones con otros sabores que ya conocen. Y digan qué tipo de vino les gusta más y porqué. Intenten adivinar si se apodera algún sabor en especial, los sabores primarios del vino o sabores que le recuerden a otros elementos conocidos pero ajenos al mundo del vino, y si detectan en su sabor algún signo de frutas, de especias, de olores que le recuerden a productos conocidos.

Una vez acabada la cata, y sin dejar de hablar entre vosotros , cosa lógica si hay vino en la mesa, empiezan a volver a beber unos sorbos de los distintos vinos en un orden aleatorio. Observarán que todo lo que antes han dicho sobre cada vino ha cambiado. Cada repetición de cata, el vino de cada clase le produce distintas sensaciones al beberse en otro orden.

Esta prueba se puede llevar al infinito.

Si quiere, entre cata y cata tome un poco de pan con muy poco de queso suave, y varíe las clases de queso entre suave y azul, entre Gruyere auténtico y Picón, entre Camembert y Pata de Mulo. O meta en el juego algo de jamón o de repostería dulce. Los resultados que les ofrece el vino son siempre distintos. Ya, ya sé que lo sabía, Solo estoy jugando.

Sin duda como decíamos antes el vino está vivo, y lo más importante, usted también, porque se da cuenta de los cambios.