Menú First Date, un programa de amores o amistades

Las personas que alguna vez hemos visto el programa televisivo de la cadena Cuatro, donde unas parejas intentan buscar amor o sexo, vemos que el restaurante que han montado para las citas a ciegas ofrece un menú cerrado y que se repite programa tras programa. 

En el restaurante del programa First Dates les ofrecen cinco primeros y cincos segundos para elegir, más dos postres, por 15 euros precio final. Os dejamos el menú de First Date del año 2016 para saber qué comen los que buscan amor o simplemente amistad.

Pan de chía, de kamut, de quinoa, de semillas enteras

 Crecen las calidades del pan, crecen la búsqueda de nuevas harinas, nuevos cereales y semillas, productos realizados con recetas antiguas, panes de calidad variada, para poder elegir.
Panadería Simón de Zaragoza ofrece en los últimos meses estos cuatro panes incorporados a su amplio catálogo de masas. Pan de chia, pan de semillas de grano entero, pan de quinoa y pan de kamut.

Dos caldos de hace un siglo para personas enfermas

 Estas recetas son del año 1918, del libro “La cocina moderna” escrito por la maestra andaluza Carmen de Burgos. Nos pueden sorprender los elementos de estos caldos, que hay que recordar eran en muchos casos realizados para personas enfermas, pues eran líquidos calientes en casi todos los casos, con sabor y sustancia, pero sin nada sólido. 

Caldo de ranas, y nos advierte que solo los cuartos traseros. Y caldo de vísceras de vaca que más bien es caldo de pilmçon de vaca con dátiles e higos. No los he probado, creo que sería incluso incapaz de realizarlos. ¿Dónde compramos ranas? ¿las venden vivas o ya muertas? ¿Y el pulmón de vaca lo podemos mezclar con pasas y dátiles sin un excesivo olor en la cocina?

Arroz con costilleja de Murcia, con tomillo y romero

Ayer en un restaurante modesto solicitamos una paella de verduras con costilleja, es decir un arroz de verduras con costilla de cerdo en la zona de Murcia donde no existe la paella sino el arroz. 

Estaba excelente y nos lo sirvieron con medio limón que nos aconsejaron que al menos en medio plato nos pusiéramos unas gotas para lograr el sabor final del arroz murciano, recién hecho. Y así hicimos.

Para mi gusto la carne estaba algo excesivamente hecha, muy cocida para sacarle todos sus sabores. Pero lo importante era el arroz y estaba delicado. Y tenía un ligero sabor que detecté enseguida y al final de la comida pregunté al camarero si llevaba tomillo.

La respuesta me vino enseguida por parte del cocinero que salió a explicármelo. Algo sin duda muy poco habitual. Alegre de que hubiera gustado el arroz nos dijo que además de un poco de tomillo llevaba otro poco (pero en menor cantidad) de romero. 

Hierbas de campo que solo pone cuando lleva alguna carne, pues por ejemplo al cerdo le resalta los sabores. Es decir, que además de informar y de salir a darnos la información, se deleitó en la explicación. Eso es calidad en el servicio de Restaurante Los Toneles de Murcia. Sencillo lugar pero con personas dispuestas a agradar al cliente.

Restaurante Los Navarros de Murcia. Un mal día

Pocas veces salgo desencantado de un restaurante de menú del día pues uno ya sabe que por 10 euros te deben y pueden dar lo justo y a medida del local. Por eso para buscar lugares que no me defrauden busco locales que tengan clientes, que tengan un menú normal con algunos platos de los que se hacen en el momento, y que aparente limpio el lugar.

Hoy en Murcia hemos ido a comer al Restaurante Los Navarros, en la calle Simón García de Murcia. Muy cerca del famoso Restaurante Salzillo que espero conocer mañana. Restaurante Los Navarros han sido un fracaso inmenso, en el seguro que muy mal día y con poca profesionalidad de alguien, que ha creído que es fácil engañar.

El comedor abría a las 13,30 y he solicita para primero una olla gitana y para segundo un arroz con verduras. La olla gitana es un plato de verduras guisadas y que esperaba más potente de sabor, pero ha resultado aceptable. No encajan mucho las patatas tan grandes con el resto de las verduras más pequeñas, pues eso hace que no queden igual de cocción, unas u otras. Pero lo admitimos.

El segundo plato pedido era arroz con verduras, sabiendo que era un plato similar al primero en algunos aspectos. Pero quería ver ingredientes y sabores. A las 14,15 me han dicho que el arroz tardaría como unos 15 minutos, que o esperaba o cambiaba. Como mi compañía había solicitado merluza he optado con cambiar al mismo plato. Uff. No es posible si se abre el comedor a las 13,30 que se tarde 45 minutos en sacar el arroz, que por cierto he visto al salir, en una enorme paellera sobre la mesa de la entrada.

La merluza pecaba de microondas, las patatas eran de edad indeterminada y nada crujientes y con esos datos no quiero opinar sobre su pasado. Pero del medio huevo duro sí debe opinar. No es lógico presentar un huevo duro que delata haber sido cortado hace muchas horas, ha cambiado de color y ha formado costra por encima. He dicho horas, pues horas deja a la imaginación.

Lo lógico hubiera sido cambiar los platos y quejarnos, las dos merluzas iguales, pero el pescado del microondas se salvaba y estábamos más cansados de ver museos que con ganas de quejarnos en ese momento.

Cuando en un restaurante lo mejor son las olivas del aperitivo, algo falla. Aunque sea un menú de 10 euros, de los que casi somos expertos y por ello podemos opinar con conocimiento.

Café asiático. Dulce y muy fuerte, con mucho sabor

Ayer nos pedimos unos cafés en un local de Comercio Justo. Había una veintena de cafés diferentes, no sólo de procedencia y fuerza, sino de presentación y mezcla. Un placer para los cafeteros.  Os pedimos dos cafés asiáticos, para ver con qué nos podían sorprender. 

Una maravilla de sabor al que luego le sacamos la receta con ese engaño suave de hacernos los amigables. Es muy sencillo de repetir en casa, aunque el resultado no será exacto.

Sobre el vaso ponen medio dedo de leche condensada y otro medio dedo de una mezcla de Licor 43 y brandy. Lo meten a la cafetera exprés a esperar que le caiga un fuerte café de la zona de Indonesia. Cuando ya la espuma está en su sitio le añaden media cucharadita pequeña de canela. Y a disfrutar. Con la leche condensada ya estás servido de azúcar, e incluso más que servido.

Revuelto de acelgas, con tinto Pino Doncel de Jumilla

En el Mesón Los Toneles de Murcia entre otros platos de la cocina murciana nos han ofrecido uno muy simple y básico, que hemos solicitado precisamente por su sencillez. Un revuelto de acelgas. No es fácil lograr algo correcto con tan simples elementos. Acelgas cocidas y huevos. Y queríamos saber hasta donde eran capaces de lograr algo correcto con tan elementales productos.

Un revuelto necesita sobre todo buenos huevos revueltos y nunca batidos. Un huevo revuelto es un huevo roto al que se le dan dos vueltas con el tenedor antes de mezclarlo con sus elementos añadidos sobre la sartén ya caliente y no dejar que se cuaje en exceso. En este caso una simples acelgas cocidas con un ligero toque de pimienta blanca eran suficientes para realzar al huevo que debe tener un cierto protagonismo. No está en el plato para hacer de pegamento.

Lo hemos acompañado de un queso blanco a la plancha y una ración generosa de morro frito con limón.

Hemos solicitado un tinto de Jumilla con las acelgas, a gusto del camarero buscando un vino que me sorprendiera y me han ofrecido un Pino Doncel de 5 meses, cosecha de 2015, que sin duda me ha sorprendido muy gratamente, hasta llevarme a una interesante conversación con el camarero sobre los vinos de Jumilla que no son siempre bien conocidos fuera de su región de origen. Al revisar los premios obtenidos por este vino, uno detecta que no se ha equivocado con este vino tinto, capaz de levantar al Jumilla en bocas poco expertas, como la mía. No creo concer la uva Petit Verdot que le entrega un ligero sabor dulce al final, pero un dulzor con cuerpo, que le encaja muy bien a un tinto.

Butifarras de diferente color y tipo de carne

Uno de los embutidos típicos del noreste español, de Aragón, Navarra y Cataluña es la butifarra blanca y delgada, embutido casi en decadencia en Aragón, algo difícil de encontrar en estos tiempos en las tiendas, no así en marcados y muy distinta en sabor y textura entre ellas.

La butifarra en Aragón es siempre blanca, tiene más colágeno, es un embutido que se hace con trozos cocidos de la cabeza y cara del cerdo, sin nada de sangre, con las pieles o cortezas del cerdo que sumado a especies como la canela, le otorgan una similitud en el gusto parecido a algunos fiambres más conocidos por todos y que denominamos como "cabeza de jabalí" o "chicharrones".

Las carnes se pican muy finamente y se cuecen durante más de 6 horas para que resulta una carne blanda y suave. Al contrario de lo que cree la gente, es un producto con muy poca grasa pues las ternillas y las pieles del cerdo se añaden casi sin grasa del animal. En cambio es un producto muy rico en colágeno, el material que forma las articulaciones de los huesos pues produce cartílago y poner tersa y firme la piel.

Todos hemos pensado durante muchos años que era un producto con excesiva grasa animal, cuando en realidad estábamos confundiendo el colágeno con la grasa. Es por ello por lo que hay que comer la butifarra aragonesa siempre cruda, pues el calor disuelve el colágeno hasta convertirse en boca en casi líquido y pierde su textura y sensación de embutido.

En Cataluña o en Navarra se hacen butifarras con más productos. Bien con añadidos de sangre o bien con carne de pollo. En estos tres ejemplos, la blanca sería la más parecida a la aragonesa, la negra junto a la blanca es la catalana, y la amarilla es la que se suele vender en la zona de Navarra mezclada con carne de ave.

Menú Día del Pilar, en restaurante de barrio

Cuando se acercan los días grandes de fiesta en las “Grandes ciudades”, todos los locales de restauración ofrecen unos menús más elaborados, y con un precio más alto pues se une un servicio mejor y de más calidad y el trabajo del personal del restaurante en un día de fiesta. Hay que pagar como es lógico, ese servicio extra en días extras, mientras los comensales disfrutamos de no tener que cocinar ni limpiar.

Este menú es de un restaurante de barrio, no por ello tiene que ser menos excelente, pero sí que hay que admitir que va dirigido a sus clientes habituales, a los de las calles cercanas a su influencia. No acudirán turistas que vayas ese día a Zaragoza, a disfrutar del Día del Pilar.

Es un menú casi excesivo. Personalmente hubiera eliminado el entrante fácil, por unos aperitivos más festivos y que no llevaran mucho trabajo de realización. Por ejemplo unas tostas con jamón y paté suave. El primer plato me parece un acierto, de entrada. Pero hubiera cambiado el orden del segundo y tercer plato. No es lógico servir antes la carne que el pescado. Y hubiera explicado algo más en qué consistirá el postre que nos imaginamos especial y de hojaldre.

¿Está incluido el IVA? ¿Y el café? Por lo demás, un precio normal para este tipo de jornadas. Como no es publicidad (en este blog, nunca lo es) no ofrezco el lugar, sino solo una crítica constructiva a su ofrecimiento, al no poder opinar más de su servicio y calidad.

Las nueces españolas son más feas. Tú decides

Ya sabemos todos que las nueces de España, las de Aragón y Cataluña, no son bonitas, que las nueces españolas son más pequeñas, más oscuras, más irregulares, y que su contenido interior es algo menos grueso, más seco, menos presentable. 

Es cierto. Pero también tiene sus ventajas.

A cambio las nueces españolas son mucho más sabrosas. Más potentes de sabor, para tomarlas tal cual o para cocinar.

Nos llegan nueces desde otros mercados de medio mundo, posiblemente sean californianas o no, pero sin duda son más anodinas, menos sabrosas, más flojas, más artificiales. 

Puede que sea el sol, el tipo de árbol o la tierra, pero las nueces españolas saben más. Y ahora cuando vayas a la tienda, tú decides.

Precio de verduras y frutas en Alemania, año 2016

En España tenemos una tradición agrícola grandes y los productos de la huerta tienen desde siempre un precio bastante bajo. Los agricultores me agradecerán esta apreciación, y los consumidores me dirán que estoy tonto. Os dejo dos imágenes del mercado de la ciudad alemana de Dresden. En una podemos ver tomates cherry a 19,50 euros el kilo. Y los champiñones a 10 euros el kilo. En la otra podemos ver el precio de un kilo de patatas a 1,60 euros.  


La uva blanca estaba a 5,60 el kilo. Un higo costaba 1 euro. El tomate de pera se vendía a 7 euros el kilo. Los melocotones a 4 euros el kilo. Los paraguayos a 6 euros el kilo. El tomate de rama que era el más barato a 5 euros el kilo. Las ciruelas a 6 euros el kilo. La sandía a 2 euros el kilo. Las mandarinas a 7 euros el kilo. Una lechuga a 1,20 euros. El guisante en vainas a 8 euros el kilo. Las rabanetas a 1 euro el manojo (como en España).
 
El apio limpio a 4,60 euros kilo. Los pepinos holandeses (los largos) a 1,20 la pieza. El pepino español a 3 euros el kilo. La remolacha a 2 euros kilo. La pera a 3 euros kilo. La manzana a 3 euros kilo. La judía verde fina a 5 euros kilo. La zanahoria a 2 euros kilo. La cebolla (igual blanca que roja) a 2 euros kilo. A col de hoja a 2,60 el kilo. El brócoli a 8 euros kilo. El nabo a 8 euros kilo. Los pimientos verdes pequeños a 10 euros el kilo. Los ajos a 6 euros kilo. El calabacín a 6 euros el kilo. Precios de septiembre 2016.