TOPI y sus patatas confitadas en relieve

Unas simples patatas pueden alegrar una comida. Unas mini patatas confitadas, con trufa, boniato, chufas, setas, frutos rojos y caldo de setas como base es una presentación que suena bien y logra un conjunto de sabores fabuloso. 

Una delicada presentación y un curioso complemento. Entre las flores, unas chufas que contrastan perfectamente por su dureza, con la textura suave de las patatas pequeñas y confitadas. Lo de menos es la trufa.

Confitar es cocer en aceite a baja temperatura. No es freír, ni es cocer en agua. Se logra una textura diferente, suave y con algo más de sabor. 
 
Este plato es del menú degustación de la Escuela de Hostelería TOPI de Zaragoza. Un alarde de colores, sabores, texturas, donde lo de menos es comar, sino oler y mirar. Los çacidos frutos rojos encajan de maravilla y a la hora de servir te ponen una especie de gelatina que no sé nombrar y que se va deshaciendo al añadir el caldo de setas caliente.