Tipos y precios, de bocadillos y platos con cuchillo

El otro día os puse una lista de tapas o platos de picoteo de un restaurante cafetería de Zaragoza, hoy os dejo los platos calientes y bocadillos, más contundentes, como ejemplo de lo que se sirve en España, en un salón de cafetería. 

Esta entrada está más dirigida a los iberoamericanos que nos leen, que son también bastantes, o a los ciudadanos del mundo que no conoce bien España. 

Así pueden hacerse una idea del precio de comidas sencillas y rápidas, para cuando nos visitan.Y del tipo de platos que se van a encontrar, fáciles de comer, gustosos y contundentes. No olvidarse nunca de pedir la tortilla de patata.

Desde 4 euros puedes encontrar bocadillos o pinchos, y en este caso platos más contundentes sobre los 9 a 10 euros. No hay que olvidar que es posible encontrar menús completos de dos platos y postre por esos (casi) mismos 10 a 12 euros.

Sushi de Burgos. Los japoneses nos han copiado

El humor muchas veces dice enormes verdades, incluso en el mundo gastronómico. Me pasaron esta imagen de “sushi” moderno, de un auténtico sushi de Burgos. Arroz, redondo, en trozos de un bocado, con diferentes sabores según el relleno, envuelto en una fina capa de alga natural, sabroso. Estos japoneses nos han copiado.

Picoteo aragonés para media tarde o cena

Están de moda las tapas, el picoteo, esos aperitivos que se han convertido en pequeños platos para todas las horas. En este caso os dejo una lista de tapas para picoteo de media tarde o de cena, de un bar del centro de Zaragoza, el ZLateral en la calle Cinco de Marzo. Lo podéis emplear como ejemplo o idea para unos picoteos en vuestra casa, pues son productos sencillos de conseguir y que encajan muy bien.

Unas bravas aragonesas (que por cierto, las que venden ya hechas en el Mercadona están muy aceptables), una coca con boquerones de la Franja, un plato de pisto aragonés con huevo poché, un plato con tres quesos de Aragón donde seguro que no falta el queso de Tronchón, un plato de un buen jamón de Teruel, unas croquetas de jamón, de bacalao o de gambas, unas empanadillas de pollo peque que ahora ya es posible comprar de las que se hacen por diversos países de iberoamérica que así cambiamos de sabores, y unos jamoncitos de pollo rebozados en crujiente.

Un buen vino de Borja, de Calatayud, de Longares, encaja perfectamente como maridaje de tarde noche.

Excesivas carnes en una taberna zaragozana


Nadie duda de que en esta taberna de Zaragoza se pueden degustar todas las carnes que ellos mismos ofrecen en la puerta. Taberna El Broquel es capaz de ofrecer carnes que a uno incluso lo enseñan que no sabe tanto como creía. ¿Tantos bichos se pueden comer? Pues parece que sí. Desde ñu a cebra, pasando por gacela, impala, corzo, antílope, kudú, oryx, eland, camello, bisonte, ciervo, jabalí, toro, canguro, buey, avestruz, uapití, cerdo, pollo, ternasco, faisán, becada, pato, pavo, potro, angus, reno o alce. Bien. Pero os aviso, un buen conejo escabechado o una liebre con chocolate también están muy bien. Sin olvidarnos de las perdices escabechadas o los codornices a la brasa.

Morcilla española, embutido ancestral

Hay tantas morcillas como países, como regiones, casi como pueblos de España. La morcilla es uno de los embutidos más antiguos que se conocen, pues con sus más de 2.000 años de existencia datada, se sabe que ya los griegos la comían, tras las matanzas del cerdo. Sangre recién conseguida tras la matanza, un cereal para darle cuerpo, y un toque personal que es lo que le ofrece tantas variedades. Canela, piñones, pasas, grasa, picante, pan, ajo, arroz, cebolla, patata, pimentón, y un sin fin de productos que añaden personalidad a la morcilla, que puede ser dulce, salada, algo picante, fuerte, suave, frita, cocida, guisada o asada.


Esta es una gran morcilla riojana, de más de 700 gramos de peso, suave, de arroz, con tripa natural y que representa a un embutido que incluso llevamos hasta América en su momento, para allí tomar personalidad propia en su gastronomía. No existe una morcilla mejor que otra. Incluso la de Burgos que suele ser considerada de las mejores, tiene variedades y calidades distintas. La salada de Soria me gusta más, y la aragonesa con piñones tiene su personalidad particular si está bien hecha. Pues uno de los problemas de este producto es precisamente su estandarización industrial, que lo ha convertido entre anodino y a veces irreconocible.

Para freiral, poco aceite, bien caliente, y tostada por fuera. Así de sencillo.

Menú infantil en un colegio de Japón

En los colegios de todo el mundo se dan diversos menús que no siempre son del agrado de los niños e incluso de las familias. Debe haber variedad, productos locales, sanos y que sean la suma de una dieta bien calibrada, pensando en alimentar y en la salud. Hay que tener en cuenta que en algunos países, en ciertas zonas, en las familias con más problemas económicos, puede ser la única comida caliente que toman los niños en el día.

Os dejamos el menú de un colegio del japón. Es un simple ejemplo como copia de un menú lógico. Lleva una sopa de verdura y bien caliente. Lleva arroz como cereales que en occidente puede ser pan. Contiene unas verduras pochadas, fritas, guisadas. Dos piezas pequeñas de carne que podría ser pescado en otras ocasiones, en este caso pollo y que son parte de las proteínas. Una fruta y un brik de leche. Un menú sencillo, completo, agradable y no muy costoso, pues deben ser también menús no excesivamente caros, para que sean sostenibles.

Restaurante Umm de Logroño. Tapas modernas para enamorar

Sin duda la gastronomía en España está llena de éxitos, y los últimos pasos, esa cocina en miniatura, de pequeña cazuelitas o tapas ascendidas al éxito gastronómico, es sin duda lo que está pegando más fuerte en estos años y lo que encanta y enamora a los turistas. Se buscan maravillas en pequeño, apra poder probar cuatro o cinco detalles y quedar asombrado con ellos. Repasemos una lista de tapas moderna de un restaurante de Logroño, el “Umm” de la calle San Juan.

Cazuelita de caparrones rojos
Pita de pastrami con salsa Kimchi
Albóndigas Agripicantes
Manzanas caramelizadas con foie
Huevo a 65º con pimientos asados a la leña
Puerro con boquerón aliñado al ajablanco
Lingote de anchoas
Croquetas de jamón Umm
Patatas bärbaras, poco picantes
Orejas percheronas
Bacalao al pil pil con algas
Carrillera con crema de coliflor
Ventresca con piperrada
Foie a la plancha sobre rosa de maíz
Fritura de pulp de ali oli de gocho
Pan de cristal con tomate y aceite

Tío Agus de Logroño. Un secreto y un lujo

En Logroño es famosa la calle del Laurel, como zona de picoteo, de cenas entre amigos, de tomar unos vinos o unos mostos si no deseas terminar un poco contento, pues los lugares de tapas se multiplican. Os iré dejando los más conocidos entre los propios riojanos, y empiezo por este bocatita de Tío Agus.

Te lo pueden servir como bocatita, que es como yo lo recomiendo pues el pan está crujiente por fuera pero muy suave, y en realidad no es más que un pincho moruno o un trozo de chistorra o un pincho de riñones que es el que casi nunca tienen pues es el primero que se acaba. Carne sin casi grasa y adobada por ellos, de forma suave pero con sabor.

¿Y si es tan simple el bocatita, por qué tiene tanto éxito? Pues por la salsa. Así de complejo y de exquisito. La salsa, secreta eso sí, es el perfecto maridaje para estos bocados de carne. Es como un ajolio o una mayonesa suave, mezclada con ajo y perejil batido, a la que se le han añadido unas gotas de vinagre. Dicho así parece sencilla, pero es la apreciación del comensal. Y puedo asegurar que está de ensueño con la carne y el pan crujiente. Y además barato. Los jueves pincho y vino a 2 euros. ¿Se puede pedir más por menos?

Patatas con chorizo, a la riojana

Unas buena patatas con chorizo, con arreglo a la receta riojana, necesitan casi por obligación un buen chorizo riojano. De esos chorizos semi secos, algo más gruesos de los normales sin ser tan gruesos como los de rojadas, con sabor, algo picantes pero muy sutiles, y sin duda con fuerte sabor sin llegar a los chorizos asturianos. Si no podemos encontrar chorizos riojanos, podemos emplear un chorizo soriano, leonés, etc.

Para cuatro personas emplearemos cuatro patatas medianas o dos grandes de las de cocer. En una olla ponemos medio litro de agua a hervir y le vamos añadiendo mientras se calienta, una hoja de laurel, un puñadito de sal (que luego rectificamos al final de la cocción) y las patatas peladas y cortadas en cachos metiendo el cuchillo y rompiendo luego el trozo de patata hasta que haga “clic” para que al estar como rajada suelte patata y engorde el caldo. Y añadimos como 400 gramos de chorizo en trozos medianos.

Se pone a cocer todo a la vez. No muy fuerte de potencia, y entre media hora y 45 minutos. Depende de la dureza de las patatas. Si es necesario le vamos añadiendo algo de agua para que el caldo quede grueso, espeso, pero nunca seco.


Mientras se cuece el plato, en un mortero (no batidora) picamos y luego machacamos dos dientes de ajo junto a una decena de granitos de pimienta negra. Con unas gotas de aceite de oliva lo convertimos casi en puré y lo añadimos al guiso. Cuando falten 10 minutos más o menos para terminar, le añadimos una cucharada de café de carne de pimiento choricero o carne de ñora. Si no tuviéramos se le añade una cucharada de pimentón ahumado si es posible, ligeramente sofrito en un poco de aceite. Añadimos esta carne de pimiento o este pimentón, para que se termine de hacer el plato. Se deja reposar media hora antes de servir (o un par de horas) y la patata tiene que estar muy blandita, casi deshecha. Bien calientes las patatas y algo fuertes de sabor. Para maridar un tinto de Rioja, pero también un clarete de Rioja que los hay muy poco conocidos o un tinto del Somontano.

Tataki de atún hecho en tu casa

Esta tapa muy japonesa pero también vasca y española es uno de esos bocados que de tan simples parece imposible no atreverse a realizarlos con éxito en casa. Un tataki de atún donde el éxito radica en la materia prima, un buen salmón y unos cortes bien hechos.

Maceramos el trozo de lomo de atún como una hora en una salsa de soja con gengibre molido y alguna hierba a tu gusto. Lo sacamos y seco de líquido lo pasamos por una sartén con unas gotas de aceite, pero solo unos segundos por cada lado. El interior debe quedar casi crudo.

En un pequeño bol ponemos un poco de arroz cocido, encima unos filetes del tataki de atún, una salsa tipo mayonesa pero con algo de acidez, bien con lima o con unas gotas de vinagre de Jerez, o de soja o de picante. La salsa que sea generosa pues debe caer luego sobre el arroz. Un golpe de cebollino o perejil y unos granitos de sésamo tostado. Delicioso, entre templado y a temperatura ambiente.

Patatas fritas murcianicas Pijo, qué ricas

Hay marcas locales, que no salen mucho de sus zonas geográficas, pero de gran calidad y sobre todo un gran consumo dentro de sus zonas de influencia. Las bolsas de patatas fritas “El pijo” son para Murcia un lujo local maravilloso.


Patatas fritas al estilo murcianico, en sartén, con sal y sabor leve a limón y pimienta. Y es verdad, ese toque final de limón ligeramente picante les confiere una originalidad especial. Aunque no lleven en su composición ni limón ni pimienta, como estoy seguro sería antaño, cuando empezaron a venderse en Murcia. Pero todo se industrializa. Sin duda son curiosas, parecen auténticas y manuales, y muy originales.

Escuela de hostelería TOPI de Zaragoza

Las escuelas de hostelería en España tienen un gran nivel, empujados por un oficio que sin duda en nuestro país está demostrando su enorme calidad y su importancia ante el turismo de todo tipo para mover economías de todos los territorios que saben aprovechar el tirón de una buena mesa y un gran servicio.


Un dejo un postre de un menú cerrado en la Escuela de Hostelería TOPI de Zaragoza. Una escuela de la Fundación Picarral, que ofrece ciclos diversos entre ellos el de hostelería y con gran prestigio, de forma gratuita para los alumnos, donde además de enseñarles les intentan buscar salidas profesionales. Escuela que además hace prácticas de intercambio con alumnos de diversos países europeos, y así los alumnos zaragozanos pueden conocer en los países de origen otras formas de trabajar la gastronomía, de practicar y de aprender con otros productos.