Tomates de muchos colores. Todos sosos y aburridos


Es posible que nunca como hasta ahora hayamos podido tener tantos tomates diferentes en nuestras mesas. Rojos, rosas, naranjas, casi negros, amarillos, verdes, pequeños, redondos, alargados, de pera, arrugados, enormes, en rama, prietos, huecos por dentro.

Y en la mayoría de los casos, tomates insípidos, flojos, de laboratorio, sin sabor como los de antaño. 

Todos tenemos amigos con algún huerto de donde probar de vez en cuando algún tomate de verdad. En estos casos no da igual la forma, el tamaño o el color. Queremos sabor. Cambiamos por lo hermoso a la vista, lo hermoso al paladar. 

¿Por qué hemos perdido lo más válido de una fruta, que es su sabor?