Vermut de grifo Zarro, Madrid en estado puro

Si os apetece un buen vermut, de los de grifo, de los clásicos, de los que hacen en Madrid y servían en bares con grandes fregaderas de mármol a modo de mostrador (los vermut de la zona de Reus también son fantásticos), probar el vermut Zarro, que se vende a un precio muy aceptable en Carrefour en botellas de litro y medio.

Dice que la fórmula es del año 1968, es decir, joven. Muy bien conseguido en su mezcla de frutas y hierbas aromáticas y de sabor, con un vino de calidad y que sirven con 15º, macerado en barricas de roble, de donde toma parte de su sabor. Yo he tomado el normal (hay reserva) y el rojo (hay blanco) y no me ha defraudado absolutamente nada. Sin duda, mejor que los italianos, o al menos, muy diferente.

Menú de Nochevieja y de Año Nuevo

Nunca es tarde para dar ideas de menús para Navidad, año Nuevo o incluso Nochevieja. Tampoco se trata de pisar las ideas de los restaurantes por eso pongo el menú cuando ya queda poco tiempo, pensando más en el próximo año.

Sin duda hay que empezar con un cóctel y un detalle de bienvenida. Una copa de cava como poco, que opuede ser rosado para quien no quiera ira cócteles más complicados, aunque algunos son muy simples. Un pan tostado con uno poco de tomate natural y una anchoa encima de las de calidad es un buen detalle de los más simples.

Los mariscos parece obligados en estos días. Caros algunos, menos caros otros. Unos langostinos o cigalas cocidas en tu casa son perfectos. Si tiene agua de mar fabuloso. Si no la tienes intenta fabricarla. Por cada litro de agua una cucharada sopera de sal marina y una puntita de bicarbonato. ¿Perejil, eneldo, unos granos de pimienta? A tu gusto. Cuando esté hirviendo el agua, muy abundante en una olla grande, añade los langostinos frescos o descongelados y deja que floten sobre la olla. Es el momento de sacarlos. Harán estado en el agua entre uno y dos minutos. Y se ponen sobre un bol con cubos de hielo para cortarles la cocción. No saben igual a los clásicos comprados ya cocidos.

Un pescado al horno para la noche o una carne asada para la comida encaja muy bien. No te compliquen más. Por guarnición diferente. Adorna el plato y usa frutos secos dulces si es cerdo o unos boletus si es ternera, para acompañar el ,servicio.

De postres no te compliques, los turrones están de muerte. Algunos son de premio. Busca marcas catalanas de turrones caseros, o valencianos clásicos o aragoneses de Lacasa. No fallan.

¿Vinos? Sin duda mira por internet. Hay vinos muy recomendables por menos de 10 euros y quedarás de fábula. Ribera, Somontano, Calatayud, Riojas, pero también Prioratos o incluso algunos Jumilla tintos. Pero insisto, mira bien el modelo, más que el lugar de preferencia. Hay tremendas diferencias de sabor y de calidad. Y de precio.

Melón con moscatel. Nada más simple

Nada hay tan sencillo como acertar con un producto natural y añadirle un sabor que le vaya muy bien, que maride de forma excelente y que le cambie el sabor, el olor y la calidad final, para convertirlo en algo diferente.

Este sería un ejemplo de lo más simple. Melón cortado en trozos pequeños y maridado dos horas con una chorrada de moscatel. Servir con un detalle verde para dale color. Perfecto, sabroso, diferente y simple.

Un truco para los que no gusten del alcohol es rebajar con agua el moscatel o con el caldo de las conservas de frutas. Se conserva gran parte del sabor, y lleva mucho menos alcohol.


Chipirones a la plancha con ajo y perejil

Muchas veces lo más natural, con pocos añadidos y una cocción justa, es más que suficiente para sorprender y sorprendernos. Estos chipirones frescos no tienen casi nada de añadidos.  Limpios no en exceso, se ponen sobre una plancha a fuego fuerte hasta dorarlos ligeramente sin pasarnos para que queden tiernos, y se añade en la presentación un picado muy fino de ajo y perejil con aceite de oliva y sal. Para acompañar una salsa mayonesa, con o sin ajo. Nada más simple y fácil si somos capaces de acertar con el fuego para que queden jugosos.

Quesitos de La Vaca que Ríe. Apericube


Muchos de nosotros conocemos estos quesitos pequeños y cuadrados, de medio bocado como mucho, que se pueden comprar en Francia o en Andorra. Incluso en Alemania o Bélgica. Han aumentado los sabores, los han refinado, y es que resultan un aperitivo tan simple y a la vez tan parecido a unas aceitunas o unas patatas fritas, salvando las enormes diferencias de calorías, que para tomer muy de vez en cuando son como bombones de queso.

No hay una excesiva diferencia de sabores, pero si lo suficiente como para detectar la diferencias. Dentro de todos ellos, nos espera una pregunta impresa en el envoltorio, en francés por supuesto, para además estar entretenidos.