
Es un producto que se puede encontrar en Aragón, Cataluña y Valencia, pero también en el sur de Francia, aunque en cada zona con su nombre particular.
Es muy recomendable consumirlos muy frescos, recién hechos, y de carnicerías de cierta calidad, pues el éxito de este plato radica en su frecura y elaboración. Hay muchos fardeles en el mercado, ahora en que algunos productos manuales son complicados de encontrar, que no se parecen en nada a los auténticos y antiguos fardeles. Es preferible comprarlos envasados por una marca, que comprarlos en una tienda que no tenga tu confianza. Pero si conoces al carnicero, hay algunos que hacen fardeles maravillosos. Va en gustos y en saber mantener la receta original.