Me mandan desde Brasil esta imagen de la planta del cacao, un cacaotal hermoso que más parece un cuadro de Antonio López. Viendo la planta es lógico pensar que en el siglo XVI aquellos frutos tenían que ser milagros naturales con los que había que hacer algo muy especial. Y se inventaron el chocolate. Hoy conocemos el chocolate como esas pastillas marrones o esa bebida caliente que casi siempre va con churros, pero lo curioso es ver el cacao en su origen, en la selva, creciendo como un fruto loco del tronco del propio árbol.
Nuestro agradecimiento a Luis Iribarren por la imagen.