El mundo de los gazpachos o de los salmorrejos ha crecido y lo que era un plato de campo, tradicional, mejor o peor hecho según lugares, se ha ido convirtiendo en un ejemplo de variados platos sofisticados, modernos, que van formando una gran familia de sabores y presentaciones. Hemos logrado que el sencillo gazpacho como sopa fría para días de calor se convierta en una sopa con presentaciones muy diversas.
Al gazpacho tradicional se le unió enseguida el “suave” para a continuación crecer en sabores con el de melón, sandía, fresa, melocotón, mango, cereza, calabacín, espárragos, langostinos, cangrejos de río, judías rojas, frambuesa o remolacha roja.
Vamos cambiando colores, sabores, texturas, dulzuras, hasta lograr que un plato clásico y de campo se convierta en un plato de diseño, pues hay que añadirle además los acompañamientos. Bien, es un gran trabajo en positivo, sin duda. Estas botellas de la imagen salen a 3,25 euros, y aunque difieren de otras presentaciones en el precio, también en su composición.