Toda la carne cortada en trozos gruesos se pone a cocer durante bastante tiempo depende del tipo de carne, pero entre una hora y seis horas hasta que la carne esté muy blanda, junto a sal y especies diversas como ajos picados, pimienta, canela, clavo, romero o tomillo, nuez moscada, etc. Una vez bien cocida y blanda se pica o deshilacha y a esa masa de carne se le añaden licores o vinos, parte de la propia grasa de la carne cocida y deshilachada, para darle sabor y conservación. Tiene que quedar una masa gruesa con una consistencia densa pero no muy seca, pues al enfriar se volverá más dura.
Es habitual también que a la hora de realizar el pastel de carne se vayan mezclando capas de diversa textura y sabor hasta formar un clásico pastel de carne que luego se sirve cortado en láminas gruesas. En un plato antiguo de la cocina francesa, aunque en los últimos años se ha ido transformando al realizarse con nuevos tipos de carnes. Si se quiere hacer en casa lo más sencillo es empezar por una rillettes de pato y empleando la carne de las latas de confit de pato que nos venden en los supermercados. Se sirve con panes de diversas clases, para tomar untado sobre ellos.