Sobre una cama de patatas cocidas calientes se pone la oreja ya bien cocida y cortada en caliente y encima con un poco de sal se pone pimentón dulce mezclado con un poco de pimentón picante y luego unas gotas de aceite de oliva por encima.
El único truco consiste en saber cocer bien la oreja de cerdo. No debe quedar dura e incluso ni tan siquiera tiesas las ternillas de la oreja. Su melosidad es el punto correcto, sin pasarse para que quede tersa en parte y no se deshaga. Como en el pulpo a la gallega, el truco es saber cocer bien el producto final. Debe quedar gelatinosa.
Para cocer bien la oreja antes la habremos limpiado muy bien de pelos y de suciedades, incluso se debe tener unas 12 horas en agua, cambiando esta dos veces, para que se limpie bien de todo tipo de suciedades.
Y tras esa limpieza se pone a cocer junto a una hoja de laurel, unos granos de pimienta y media cebolla. En una olla exprés tenerla entre 30 y 45 minutos cociendo y en una olla normal entre una hora y hora y media al menos, depende del gusto de cada uno. Yo la tendría el tiempo largo pues la prefiero blanda.
Se sirve en caliente, cortada en pequeño y puesta sobre las patatas también calientes. También se puede dar una segunda cocción frita en aceite no muy caliente unos 10 minutos, para que se tueste un poco y quede más tersa.
Si no te gusta gelatinosa y la prefiere crujiente hay que freirla a fuego fuerte pero estaríamos hablando de otro tipo de plato, ya no sería una oreja de cerdo a la gallega.