Soy un enamorado de la mermelada de jengibre, no muy común en España pero muy utilizada en Reino Unido. Esa combinación de sabor algo picante pero muy suave con el dulce de las mermeladas le otorga una suma curiosa que en tostada de un buen pan se realza. Prefiero las mermeladas de jengibre puras, pero reconozco que algunas que llevan limón o naranja amarga están también muy logradas. Este tipo de mermeladas también las podemos hacer en casa, se pueden buscar las recetas por internet, pero muchas veces estos productos no merecen mucho la pena pues aunque son más naturales al no llevar conservantes artificiales, hay que tener más cuidado, aunque los azúcares los conservan bien.
A la hora de comprar hay que observar cuánta fruta llevan en su composición, nunca debería ser menor al 25% y en este tipo de mermelada con una fruta como es el jengibre, muy poco dulce, el añadido de azúcar es alto, y es muy recomendable también que no lleve conservantes que no sean naturales.