Como es un elemento algo dulce nos quedan dos caminos bien diferentes. Remarcar su sabor dulce con unos toques de miel, o bien todo lo contrario añadirle hierbas aromáticas para convertirlo en un producto de campo, con sabores frescos y de hierbas. Bien de pimientas o bien de tomillas y romeros. Sin descartar hierbas menos rotundas o incluso unos toques de curry o de especias más árabes.
Pelamos las zanahorias, las ponemos con un poco de vino blanco en la base (soltarán ellas mismas humedad y agua) y tras rociarlas de sal y hierbas aromáticas al gusto lo metemos al horno a 180º donde las tendremos uno 25 minutos. Tienen que quedar algo al dente, no muy blanditas. A partir de estos datos la imaginación al poder. Se pueden combinar con cebollitas, boniatos u otras verduras, para lograr un plato más visual.
Si queréis un poco más de osadía en el plato, podéis probar por dos caminos bien diferentes. Uno sería poner vinagre a la hora de meter al horno. Y el otro sería añadir guindilla molida por encima junto a pimienta negra y sal.