Tal día como hoy 2 de febrero en Japón se come lo que vemos en la imagen, un Ehomaki, un maki enorme envuelto en hoja de nori que según la tradición se debe comer mientras se pide un deseo y se mira en dirección al punto cardinal que te vaya a dar suerte ese año y que se avisa con anterioridad, que varía cada año. Me cuentan que si lo haces no te olvida la suerte todo el año, cosa que tal y como están las actuales situaciones de todos con la puñetera pandemia, nos vendría bien, no? Que sí, que sabemos que es una superstición, pero como tantas otras ¿no? Se rellena de virutas secas de calabaza o de anguila ahumada, salmón, palito de cangrejo o de pepino o de setas shiitake cocidas con salsa de soja.
Para un ehomaki del que quieras aprovechar su poder de suerte, no debes cortar el rollo para no perder los beneficios de la suerte pues hay que comerlo de un bocado y sin pronunciar palabra ni ruidos con la boca, pero si es demasiado grande para comer, córtalo en 6-8 trozos y sírvelo con un poco de salsa de soja, wasabi y jengibre para sushi. La suerte según la tradición ya no será la misma pero al menos no te ahogarás. Algo es algo.
El 2 o 3 de febrero (dependiendo del calendario lunar), se celebra en Japón el fin de los fríos del invierno y, por tanto, la llegada de la primavera. La fiesta se llama Setsubun y aunque no es una fiesta laboral reconocida se celebra en los hogares como en España se celebra por ejemplo el Jueves Lardero. En esa celebración hogareña los japoneses tiran al aire semilla de soja al grito de: "Fuera los demonios. Que entre la buena suerte".
En realidad si se quiere hacer un buen Ehomaki debe contener los siete colores que simbolizan a Los siete Dioses de la Fortuna. Por eso debe llevar pepino, anguila, shiitake, zanahoria, tortilla japonesa, tofu y calabaza. Un poco de todo a tiras, entre el arroz del maki.