Ayer me clavaron en la cafetería Lizarrán de la Estación Delicias de Renfe en Zaragoza, 2,60 euros por una magdalena casi igual de las que os pongo en la imagen. Efectivamente la mía no era de chocolate como la solicité sino de mermelada, pero eso lo paso por alto y lo recuerdo para que nadie se sienta engañado.
Hay he comprado estas 6 magdalenas del mismo “tamaño grande” en Mercadona. Y me han constado las seis magdalenas grandes —ellos las llaman muffin para darse pote— 1,45 euros. Hay que avisar que el muffin auténtico es una mezcla entre pan y repostería y es mucho menos dulce que una magdalena y que el presunto muffin carísimo de Lizarrán era muy dulce, luego de muffin real tenía el nombre y la forma.
Si nos quejamos de que en los bares no se entra, de que la ley del tabaco les afecta y otras milongas, que nadie se olvide que es una barbaridad que entre MI tienda (no la suya que es menor) y esa cafetería haya una diferencia de precio de más de diez veces. No es doble ni el triple, más de diez veces, más de un 1000%. La franquicia se ha pasado un riñón, bueno una magdalena.