Me trajeron para probar un bote de chiles chipotles de la
marca “Clemente Jacques” para probarlos y dar una opinión, además de ver qué
posibilidades tenían en la cocina española, en donde el picante suele ser suave
y sin duda nunca con la intensidad de la cocina mejicana.
Sin duda es un sabor distinto, un picante potente y fuerte
que hay que tomar con calma y que encaja perfectamente en todas las recetas
mejicanas que podemos hacer en nuestra casa. Es un picante ahumado, ligeramente
dulce, potente y que aguanta en el sabor. Pero sin ser un picante imposible,
todo hay que avisarlo.
La conserva al abrirla resulta una especie de sofrito de
tomate con cebolla más jala peños rojos y secos, enteros o cortados dentro de
la salsa y que son los que entregan el fuerte sabor. La dulzura viene por el
vinagre de alcohol de caña que lleva en su composición.
Si a una carne picada le añadimos en la sartén un refrito de
cebolla y una latita de maíz cocido más una cucharada de esta salsa de chiles
chipotles consigues un relleno perfecto para burritos. Y de forma muy rápida
pues los sobres con salsas mejicanas en polvos deben hervir con la carne unos
minutos. La sal como es lógico, siempre al gusto y al final.
Pero volvamos a la salsa. Su picante ahumado la convierte en
diferente a las muy conocidas. Y encaja muy bien si pasamos por la batidora
todo el contenido del bote, para poner unas gotas de fondo en multitud de
platos que deseemos ligeramente picantes. Desde unos nachos a una tortilla de
patata, por poner ejemplos sencillos. Personalmente creo que el sabor encaja
muy bien convertido en puré de tomate con los chiles, para verduras, incluso
para un ligero toque en pescados al horno.
Recomendable opción de la que no puedo comentar el precio
pues era una prueba entre amigos y no compré el producto.