10.12.13

Cena de Nochebuena con poco dinero

Estamos en crisis y hay que ajustar los gastos, incluso en Nochebuena. Lo que no tiene que ver con no hacer una cena agradable y simpática a poco que nos pongamos a pensar un poco más de lo normal.

Un cardo guisado encaja de maravilla para esta cena de Nochebuena. Se puede hacer con almejas (que son caras) o con almendras (que son más baratas) o con un refrito de patatas muy pequeñas junto a zanahorias cortadas al mismo tamaño y una rebanada picada de pan bien frito que se añade encima del cardo cocido y junto a una salsa velouté o tipo besamel hecha con el caldo de la cocción.

Unos langostinos congelados se pueden encontrar por 8 euros el kilo. O incluso algo menos y están muy buenos. Cocidos con sal uno o dos minutos o guisados con una salsa de tomate picante están de chuparse los dedos.

Un consomé como el que hacía la abuela encaja también muy bien. Con pelota o sin ella.

Como plato fuerte se puede hacer una gallina o un conejo de los gordos, escabechado con hierbas del campo, tipo tomillo, orégano, etc. Se hace el día de antes y se sirve templado.

Un plato de tapas con pan tostado, chistorritas, huevos rellenos, croquetas de pollo y huevo, mejillones con mayonesa, queso de cabra con mermelada o membrillo, berenjenas fritas en láminas con un toque de mermelada o un pimiento de piquillo encima, unas láminas de tomate colorado con queso rallado por encima y un poco de alguna gota de salsa.

Un frasco de alcachofas sale por un euro y las 8 verduritas las puedes servir rebozadas en una pasta de harina y agua fría más un toque de pimentón o colorante y freírlo todo muy bien en freidora o sartén con mucho aceite. Si les ponen encima una anchoíta de conserva y un palillo quedan 8 banderillas perfectas.

De postre cualquier pera o manzana cocida con unas pasas y algo de canela como hace décadas.

Unos dátiles con un poco de turrón de marca blanca.

Unos sorbetes de limón y sidra.

Por cierto, hay botellas de sidra muy aceptables por 0,90 euros en Mercadona.

Y recuerda que si invitas a algún familiar una forma magnífica de abaratar el menú y de quedar de maravilla es invitarle a que nos traiga un plato suyo, alabando su gran oficio en la cocina.