Estamos en crisis y hay que ajustar los gastos, incluso en
Nochebuena. Lo que no tiene que ver con no hacer una cena agradable y simpática
a poco que nos pongamos a pensar un poco más de lo normal.
Un cardo guisado encaja de maravilla para esta cena de
Nochebuena. Se puede hacer con almejas (que son caras) o con almendras (que son
más baratas) o con un refrito de patatas muy pequeñas junto a zanahorias
cortadas al mismo tamaño y una rebanada picada de pan bien frito que se añade
encima del cardo cocido y junto a una salsa velouté o tipo besamel hecha con el
caldo de la cocción.
Unos langostinos congelados se pueden encontrar por 8 euros
el kilo. O incluso algo menos y están muy buenos. Cocidos con sal uno o dos
minutos o guisados con una salsa de tomate picante están de chuparse los dedos.
Un consomé como el que hacía la abuela encaja también muy
bien. Con pelota o sin ella.
Como plato fuerte se puede hacer una gallina o un conejo de
los gordos, escabechado con hierbas del campo, tipo tomillo, orégano, etc. Se
hace el día de antes y se sirve templado.
Un plato de tapas con pan tostado, chistorritas, huevos
rellenos, croquetas de pollo y huevo, mejillones con mayonesa, queso de cabra
con mermelada o membrillo, berenjenas fritas en láminas con un toque de
mermelada o un pimiento de piquillo encima, unas láminas de tomate colorado con
queso rallado por encima y un poco de alguna gota de salsa.
Un frasco de alcachofas sale por un euro y las 8 verduritas
las puedes servir rebozadas en una pasta de harina y agua fría más un toque de
pimentón o colorante y freírlo todo muy bien en freidora o sartén con mucho
aceite. Si les ponen encima una anchoíta de conserva y un palillo quedan 8
banderillas perfectas.
De postre cualquier pera o manzana cocida con unas pasas y
algo de canela como hace décadas.
Unos dátiles con un poco de turrón de marca blanca.
Unos sorbetes de limón y sidra.
Por cierto, hay botellas de sidra muy aceptables por 0,90
euros en Mercadona.
Y recuerda que si invitas a algún familiar una forma
magnífica de abaratar el menú y de quedar de maravilla es invitarle a que nos
traiga un plato suyo, alabando su gran oficio en la cocina.