Uno de los detalle que observo casi con envidia cuando viajo por Europa, es que en la entrada a los hoteles casi siempre hay una jarra con agua refrescante de frutas, o una máquina de agua automática a la que le han añadido diversos elementos vegetales en su interior.
En España algunos hoteles, muy tímidamente, empiezan a practicar este bello detalle.
El agua me imagino que embotellada pero no necesariamente, que está en reposo y maceración con trozos de frutas refrescantes. Manzanas, fresas, cerezas, limones o limas, moras, kiwi, melón, sandía, frutos rojos, naranjas, trozos de pepino o rabanetas, y hojas de menta o de hierbabuena.
Hay muchas maneras y productos vegetales que encajan muy bien en estas agua perfumadas. Y que se consumen por el sabor, e color leve y el olor a naturaleza.
Es un agua infusionada que dura un día, que no es muy recomendable utilizar las frutas más de 24 horas, y que resuelve perfectamente esa sed de verdad, pues ya no tomamos agua sola sino con muchos más ingredientes que no vemos, como antioxidantes, vitaminas y minerales.