Que los churros son una delicia para desayunar, para el café de media mañana o para las meriendas no es un descubrimiento. Si lo es para los egipcios que han visto abrirse churrerías en El Cairo con la receta original del churro más conocido como “madrileño”, largo y fino.
No todos los churros son iguales y los churreros de calidad lo saben bien, así como los que solemos intentar consumir los mejores. Tienen que estar recién hechos, crujientes, no aceitosos, dorados casi con un punto de exceso y no dulces.
La masa es muy sencilla, harina, agua en su punto y sal. Y algo de levadura. El truco está en hacer la masa con agua bien caliente y en la proporción de agua y harina a mitades iguales. Hay que disponer de una churrera, que puede ser sencilla y de una freidora con aceite bien caliente.
Al churro alargado le acompañan en España la “porra” y el churro andaluz que es de un grosor entre el madrileño y la porra y más liso.
Os dejo la noticia de las churrerías de El Cairo. Se sirven con azúcar por encima o con azúcar glass o sin nada añadido. Va por gstos.