Hacer carpaccio de carne en casa nos parece imposible, pues la carne no se deja cortar tan fina como quisiéramos. Por eso optamos por comprar envases de carpaccio ya preparados, caros y a veces con los filetes de la carne muy pegados y con dificultad para presentar bien.
Pero en casa si que podemos hacer un carpaccio fino, incluso muy fino, sin grandes herramientas.
Cortamos o mandamos cortar al carnicero, unos filetes finos de solomillo de ternera. Una vez en casa los ponemos entre dos láminas de film de cocina, de plástico de cocina. Y con el fondo de un cazo grueso le damos un buen golpe encima de una madera hasta estirarlo y aplanarlo. La carne no pierde jugo y queda perfecta. Eso si, el plato hay que prepararlo en el momento de servir.
Una vez la carne delgada y plana, le ponemos sobre un plato, la salamos ligeramente o al gusto, le añadimos algo de pimienta negra recién molida, unas gotas de aceite de oliva, limón si así gusta más por no estar pensando que comes carne cruda, y unos golpes de queso fuerte y seco rallado.
También se puede suprimir el queso y poner cebolla finamente picada junto a pepinillos. O rabanitos en láminas. O incluso simplemente sola la carne con unas chorraditas de aceite picante.