Hay muchas maneras de hacer una sopa de pescado, plato de cuchara que encaja perfectamente para tiempos de gripe y de pocas ganas de tomar platos contundentes y fuertes.
Para tiempos en que no estamos con todas las ganas y a su vez necesitamos platos con líquidos y calientes, un buena sopa de pescado es un plato excelente. Os dejo las cantidades para dos personas, que podéis adaptar a otro número de comensales.
Picamos finamente medio puerro o media cebolla con un diente de ajo. Lo juntamos en una olla con las cáscaras y las cabezas abiertas de media docena de langostinos y una cucharada sopera de aceite de oliva y lo ponemos todo a pochar hasta que las cabezas de gambas saquen todo su sabor y la verdura se poche. En ese momento —unos 6/10 minutos según potencia del fuego— añadiremos un poquito de harina a tostar para que la sopa esté algo espesa. Media cucharadita de café de harina. Cuando se tueste ligeramente la harina añadimos la misma cantidad de tomate frito de caja y un litro de agua. A continuación añadimos media docena de mejillones limpios de barbas y la cabeza de una merluza o media de rape o un filete de pescado a ser posible sabroso tipo congrio o morralla.
Dejamos cocer todo como unos 15 minutos, añadimos la sal a medio cocer la sopa. Y una vez todo cocido, colamos el caldo y lo ponemos en otra olla.
Este caldo lo pondremos definitivamente a cocer unos 10/15 minutos antes de servirla, y le añadiremos la carne de los langostinos que hemos reservado, la carne de los mejillones y la del pescado o las cabezas que se pueda limpiar más una docena de almejas bien limpias de arena, para que se abran en la cocción, todo el pescado finamente picado. Si deseamos algo más de contundencia podemos añadir o bien fideo fino o algo de arroz (cocer 20 minutos en este caso) o incluso fideo del que se utiliza para hacer fideua.