Están de moda los cócteles básicos, los que se sirven en
bares de copas por las noches pero sin tener profesionales de la coctelería que
ofrezcan un servicio más personal. Serían los cócteles que más o menos todos
conocemos y que también podemos hacer en nuestras casas.
Los clásicos son mojito, caipiriña, daiquiri y mojitos. Con
más o menos cambios frutales.
El mojito es el cóctel más básico, originario de Cuba y que
podemos hacer con facilidad. Con un vasito pequeño de ron dorado o el
equivalente a tres cucharadas soperas de ron (algo mejor que ron negro o blanco,
pero siempre ron seco), el jugo de media lima, una buena rama de hierbabuena
fresca, una cucharadita de azúcar blanca, tres cubos de hielo y algo de sifón,
gaseosa o agua con gas podemos hacerlo en casa sin problema.
En la coctelera o en un vaso alto ponga el azúcar y el zumo
de la media lima y machaque hasta disolver ambos, ponga después la hierbabuea y
machaque ligeramente para romper las fibras pero sin que se partan las hojas.
Añada el hielo, luego el ron y finalice hasta llenar el vaso con el sifón o el
agua con gas. Así de sencillo, con una rodajita de limón o de lima para decorar
y una pajita para beber aunque yo prefiero sin paja.
Personalmente la gaseosa no la recomiendo pues es dulce o de
hacerlo tenerlo en cuanta a la hora de calcular el azúcar que se añade. Otra manera
es poner más hielo y no añadir nada de agua o sifón. Los antiguos bares en Cuba
dejaban macerando la lima, el ron y la hierbabuena en los vasos un par de horas
antes de añadir los hielos, para que los sabores y aromas se fundieran. Es una
bebida algo dulzona y que entra muy bien en periodos de calor, así que mucho
cuidado con el abuso, que es muy sencillo de caer en sus redes.