Este menú del restaurante “Celler de Tapas” de
Barcelona me llamó la atención por uno de sus primeros. No era la hora y no
pude probar si realmente era como parecía prometer, un buen plato contundente y
curioso para mi.
Huevo trufado con papada.
El huevo trufado en mis tierras
aragonesas suele ser un huevo frito al que por encima se le ponen unas virutas
de trufa a ser posible negra. Pero con papada, si es ese tocinete grueso y contundente,
del cocido, blando y listo a ser untado entre el pan de hogaza, es un lujo y un
peligro. Aunque también podría ser tocineta o beicon frito pues a veces los
nombres se pueden emplear para lo mismo.
La palometa a la plancha con escalibada
también tendría un buen lujo si se había hecho bien, como el arroz a la
marinera.
Pero si vemos el precio en plena
Barceloneta, nos podemos quedar sorprendidos aunque fuera un jueves. Era barato
con bebida, pan, postre e IVA.