Puedes congelarlas e ir usándolas poco a poco. Si son verdes las puedes guardar en un caldo de vinagre de los que se emplean para las olivas, calentando este líquido y después metiendo en él las guindillas verdes al menos un mes antes de empezar a tomarlas.
Pero también las puedes dejar secar y luego conservarlas ya secas para todo el año. Para secarlas las paso todas una a una con una aguja e hilo para ensartarlas en un largo collar de guindillas que pongo a secar en un lugar a oscuras y seco, un trastero por ejemplo, sin que las guindillas se toquen una a otra para evitar que se pudran.
También unas cuantas las pongo en aceite de oliva hasta hacer un aderezo picante de aceite de buena calidad. Caliento el aceite sin que llegue a sacar humo, y con ese aceite relleno botellitas pequeñas de cristal de entre cuarto y medio litro donde meto entre 4 y 8 guindillas sin la parte verde superior, más otra media docena de granos de pimienta negra. Lo dejo enfriar y tapo la botella. Al mes ya está listo para emplear ese aceite en ensaladas o guisos de variado tipo. Cuantas más guindillas metas en el bote de cristal, más picante te saldrá el aceite.
También unas cuantas las pongo en aceite de oliva hasta hacer un aderezo picante de aceite de buena calidad. Caliento el aceite sin que llegue a sacar humo, y con ese aceite relleno botellitas pequeñas de cristal de entre cuarto y medio litro donde meto entre 4 y 8 guindillas sin la parte verde superior, más otra media docena de granos de pimienta negra. Lo dejo enfriar y tapo la botella. Al mes ya está listo para emplear ese aceite en ensaladas o guisos de variado tipo. Cuantas más guindillas metas en el bote de cristal, más picante te saldrá el aceite.