Ayer nos pedimos unos cafés en un local de Comercio Justo. Había una veintena de cafés diferentes, no sólo de procedencia y fuerza, sino de presentación y mezcla. Un placer para los cafeteros. Os pedimos dos cafés asiáticos, para ver con qué nos podían sorprender.
Una maravilla de sabor al que luego le sacamos la receta con ese engaño suave de hacernos los amigables. Es muy sencillo de repetir en casa, aunque el resultado no será exacto.
Sobre el vaso ponen medio dedo de leche condensada y otro medio dedo de una mezcla de Licor 43 y brandy. Lo meten a la cafetera exprés a esperar que le caiga un fuerte café de la zona de Indonesia. Cuando ya la espuma está en su sitio le añaden media cucharadita pequeña de canela. Y a disfrutar. Con la leche condensada ya estás servido de azúcar, e incluso más que servido.