Muchas veces, menos es más. Este plato es muy sencillo, en poca cantidad, sirve como un entrante refrescante ante un segundo plato copioso o contundente, y agrada a la vista y en boca por sus contrastes. Tan sencillo como tomate en carpaccio, cortado fino, acompañado de unas láminas de un buen queso suave, en este caso era mozzarella, y un toque de salsa verde, con albahaca, perejil y si acaso un molido muy fino de avellanas.
Tres colores, tres elementos, el “menos es más”.
Servido en un hotel italiano, antes de un plato de carne con pasta.