Alrededor vemos cuencos y tazones donde bebían licores similares a la cerveza y al vino actual. Similares es mucho decir, pero es cierto que se basaban en los mismos procesos que hoy utilizamos para crear el vino y la cerveza.
¿Y las mujeres? Pues curiosamente y hasta mitad del siglo XX en España, las mujeres comían en la cocina y no junto a los hombres. Esto os puede parecer una barbaridad, pero efectivamente a principios de los años 1960 yo todavía he visto en algunas localidades rurales de Castilla que las mujeres comían solas en la cocina, mientras los hombres junto a sus invitados o a personas que venían de las ciudades, comían en el salón.
Las mujeres mantenían el hogar, el fuego y no se mezclaban con la totalidad del resto de habitantes de la casa en el salón, si esta era independiente.
Lo habitual era que la cocina estuviera abierta hacia el salón, pero separado por una cierta distancia, y que la mujer se mantuviera a un par de metros de distancia, pero no sentada en la misma mesa. Efectivamente, una auténtica barbaridad, que en la imagen vemos de hace 2.500 años pero que se mantuvo hasta hace pocas décadas en algunas zonas rurales de España.
Algo que se repetía en los locales destinados a ser tienda y bar. A la tienda entraban las mujeres y a los bares los hombres, aunque muchas veces se entrase por la misma puerta y uno estuviera a continuación de la otra. Las mujeres permanecían en la tienda hablando e incluso bebiendo, y los hombre en la sala de bar hasta que les diera la real gana. La mujer esperaba y solo se podía ir a su casa si tenía que hacer la comida. Estamos hablando de la Celtiberia de mitad del siglo XX.
Lo habitual era que la cocina estuviera abierta hacia el salón, pero separado por una cierta distancia, y que la mujer se mantuviera a un par de metros de distancia, pero no sentada en la misma mesa. Efectivamente, una auténtica barbaridad, que en la imagen vemos de hace 2.500 años pero que se mantuvo hasta hace pocas décadas en algunas zonas rurales de España.
Algo que se repetía en los locales destinados a ser tienda y bar. A la tienda entraban las mujeres y a los bares los hombres, aunque muchas veces se entrase por la misma puerta y uno estuviera a continuación de la otra. Las mujeres permanecían en la tienda hablando e incluso bebiendo, y los hombre en la sala de bar hasta que les diera la real gana. La mujer esperaba y solo se podía ir a su casa si tenía que hacer la comida. Estamos hablando de la Celtiberia de mitad del siglo XX.
Nota.: La imagen es del Museo Arqueológico de Madrid