Muchas veces las albóndigas nos quedan, sobre todo si son de ternera sin mezcla, algo duras, apretadas, poco jugosas. Hay dos trucos para elegir y así que nos queden algo más jugosas.
El primero es mezclar a la carne de ternera casi la mitad de carne de cerdo, bien tipo pierna, solomillo o falda, no lomo pues es una carne algo seca, menos jugosa.
El segundo truco consiste en añadir a la carne de ternera una patata pequeña cocida o asada y machacada. Este truco es el que se empleaba en años en los que la carne era cara y había que dar de comer a muchos. E incluso se sigue haciendo en algunos restaurantes de menú diario de precio ajustado.