Las ensaladas
dan un juego tremendo en una mesa en la que deseamos quedar bien pero ni
tenemos mucho tiempo ni somos unos expertos en cocina. Cuatro pequeños trucos y
podemos quedar de maravilla
Truco 1. Ahora
venden bolsas de ensalada variada de muy diversas composiciones. Mezclan
diversas lechugas, canónigos, rúcula, endivias, escarolas, etc. con diversas
texturas y colores. Baratas y siempre frescas. Y ya cortadas.
Truco 2. Debemos
añadir a estas ensaladas variadas de bolsa algún componente “diferente”. Por
ejemplo unos frutos secos, un poco de salmón ahumado deshilachado, unas frutas
rojas, algo de patata cocida, un poco de pasta cocida, algún arroz salvaje, unas flores comestibles, algo de queso en láminas
recién cortadas, escabeche de calidad, unas anchoas, un poco de cebolla roja,
etc. Cada ensalada debe ser temática y saber mezclar bien es el mayor de los trucos posibles. Debe prevalecer algún producto, nunca pongas un exceso de diversos productos. Aquí el minimalismo funciona muy bien. Si pones tomate dale un corte diferente. Si pones cebolla, que no pique. Si pones olivas o aceitunas, mucho mejor sin hueso. Incluso cebolla seca crujiente o unos coscurros de pan frito encajan bien en algunas ensaladas y mal en otras, como unas lámians de ajo muy fritos pero sin quemarse.
Truco 3.
Debes tener una serie de salsas vinagreta amplia en tu propio catálogo. Aceite mucho.
Vinagre poco. Sal un poco abundante, recordar que es para una enSALada. Y ahora tus “toques” privados. Mostaza,
canela, menta, pimienta verde, un licor aromático, salsa de soja, yogurt,
pepinillo muy picado.
Truco 4. Una
ensalada no es un “montón” de productos sobre un plato. Presentar bien sobre el
plato lo ingredientes, con gusto para que resulten atractivo a la vista, es
fundamental. Y la salsa poner en el último momento, por favor.
Cuatro
simples trucos, que hacen de las ensañadas un buen plato muy sencillo.