El salmón
crudo es un pescado maravilloso por su grasa y textura en boca. Pero no a todos
les gusta notar el material totalmente crudo en la boca. Los japoneses son unos
artistas en cortarlo de una forma muy personal, en porciones pequeñas y
aderezarlo con diversas salsas para resaltar sus sabores, de por sí no muy potentes.
Vamos a
cortar un lomo de salmón crudo en trozos regulares y cuadrados de unos 2 centímetros
de lado y un grosor fino de pocos milímetros (hoy casi todos los salmones son
de piscifactoría y no debe haber problemas sanitarios con bichos o gusanos, se
avisa, pero para evitar todos los problemas de anisakis, es mejor que lo hayamos tenido dos días congelado en nuestra casa).
En un cazo o
sartén o bol de plástico pondremos dos cucharadas de aceite de oliva junto a
otras dos cucharadas de salsa de soja (de la de calidad, de la fuerte, de las
que venden las tiendas de chinos) y el jugo de medio limón. Llevaremos toda
esta mezcla a punto de hervir, bien sobre el fuego de la cocina, bien en un horno microondas.
Bien agitada
con un tenedor esta mezcla muy caliente, la añadiremos con una cuchara sobre el pescado, sobre
el salmón, que ya tendremos dispuesto en unos platos tipo bandejitas.
Un pat de minutos en la salsa y retirar para servir. Simplemente decoraremos con unos pocas huevas de sucedáneo de caviar, tipo
arenque, mújol, etc. Y a servir con un buen vino blanco.