El otro día
descubrí las albóndigas rápidas que hacían en El Bulli de Ferrán Adriá para sus
propias comidas, como explican bien en el libro “La comida de la familia”.
Simplemente a
unas butifarras catalanas tipo longanizas crudas o salchichas de carnicería de
las gordas, nunca secas, se les quitan la piel abriéndolas con un cuchillo y
van formando pequeñas bolitas que pasan por harina y fríen en aceite. Luego una
simple salsa de tomate más o menos historiada o unas verduras asadas o en
sofrito tipo pisto, sirven de acompañamiento al plato.
Estas bolas
tipo albóndigas son rápidas de formar y de preparar. Pero se pueden convertir
en algo más sofisticados si además le añadimos algún componente en la masa de
la carne de las butifarras o salchichas gordas.
Un toque de
nuez moscada, de canela, de manzana picada fina y pasada por el microondas un
par de minutos, de unos piñones algo fritos, de unas gotas de salsa de soja, de
un picado fino de unas rodajas de chorizo tipo Pamplona, de un filetito de
jamón serrano, de unas gotas de miel líquida, de algún producto picante tipo
guindilla o un poquito de wasabi o pimienta verde machacada, pueden complementar la
carne dispuesta para hacer bolitas.
Hay que
descubrir nuevas posibilidades de un producto sencillo muy capaz de transformarse en otro.