Hoy me han servido de entrada un arroz risotto, algo normal en muchos restaurantes que se atreven más con estos arroces que con las clásicas paellas. Es como si les dieran miedo servir arroces españoles pues son muy comparables y sobre todo porque los arroces melosos aguantan mucho mejor el tiempo de cocción y espera antes de servir o incluso el calentarse tras la terminación del plato según se sirve.
Pero este de hoy era para mi un poco especial. Era un risotto con champiñones y algo de setas, es decir normal, pero avisaban de que era con queso de Picón, asturiano y azul. Y además llevaba un toque muy ligero de pimentón que encajaba bien con la nata. En realidad el queso azul me ha parecido un acierto que tengo que explorar. Ese ligero picor del queso azul acompaña perfectamente la cremosidad del arroz, y le entrega una originalidad que no tiene el queso fundido habitual. El pimentón creo que sobraba aunque fuera muy poco, no le he visto el sentido pues si se quiere cambiar el color, encaja mucho mejor un poco de azafrán como es lógico en nuestros arroces.