Unas buena patatas con chorizo, con arreglo a la receta riojana, necesitan casi por obligación un buen chorizo riojano. De esos chorizos semi secos, algo más gruesos de los normales sin ser tan gruesos como los de rojadas, con sabor, algo picantes pero muy sutiles, y sin duda con fuerte sabor sin llegar a los chorizos asturianos. Si no podemos encontrar chorizos riojanos, podemos emplear un chorizo soriano, leonés, etc.
Para cuatro personas emplearemos cuatro patatas medianas o dos grandes de las de cocer. En una olla ponemos medio litro de agua a hervir y le vamos añadiendo mientras se calienta, una hoja de laurel, un puñadito de sal (que luego rectificamos al final de la cocción) y las patatas peladas y cortadas en cachos metiendo el cuchillo y rompiendo luego el trozo de patata hasta que haga “clic” para que al estar como rajada suelte patata y engorde el caldo. Y añadimos como 400 gramos de chorizo en trozos medianos.
Se pone a cocer todo a la vez. No muy fuerte de potencia, y entre media hora y 45 minutos. Depende de la dureza de las patatas. Si es necesario le vamos añadiendo algo de agua para que el caldo quede grueso, espeso, pero nunca seco.
Mientras se cuece el plato, en un mortero (no batidora) picamos y luego machacamos dos dientes de ajo junto a una decena de granitos de pimienta negra. Con unas gotas de aceite de oliva lo convertimos casi en puré y lo añadimos al guiso. Cuando falten 10 minutos más o menos para terminar, le añadimos una cucharada de café de carne de pimiento choricero o carne de ñora. Si no tuviéramos se le añade una cucharada de pimentón ahumado si es posible, ligeramente sofrito en un poco de aceite. Añadimos esta carne de pimiento o este pimentón, para que se termine de hacer el plato. Se deja reposar media hora antes de servir (o un par de horas) y la patata tiene que estar muy blandita, casi deshecha. Bien calientes las patatas y algo fuertes de sabor. Para maridar un tinto de Rioja, pero también un clarete de Rioja que los hay muy poco conocidos o un tinto del Somontano.