Para no tener duda de que se puede comer bien y cocinar poco en casa e incluso hacer aceptables platos sin muchos conocimientos, os dejo algunas propuestas de una cafetería restaurante. Simples ideas para esos días en los que no sabemos qué hacer para quedar bien. Ideas sencillas y no muy caras.
Desde unas anchoas en salmuera de las buenas (aquí cuanto más caras, más buenas), a ser posible de Gerona o de Santander (son muy diferentes) y bien limpias de sal, escamas y raspas. Un poquito de vinagre suave y unos golpes de aceite sin sabor para que brillen. Colocadas sobre hielo picado están de muerte.
Unos boquerones en vinagre, que se pueden comprar de diferentes marcas y algunas muy buenas. Que no tengan excesivo vinagre. Servir con unos golpes de aceite de oliva.
Las clásicas tostadas con jamón ibérico y un poco de tomate natural escachado o con queso de cabra y mermelada de frutos rojos.
Unas alcachofas de conserva, cortadas en medios o cuartos, secas de su caldo y rebozadas para freír y servir bien calientes poniendo encima unos filetes de un buen jamón que se quiera derretir con el calor de las alcachofas.
Si es una alcachofa natural y cocida en su jugo, se puede servir sin el pie, con un toque de foie sobre la corona para que se derrita y se vaya metiendo por las hojas.
Croquetas de mil sabores. Las de carabinero son una delicia, pero las de bacalao, las de buey de mar o las de cigalas están a su vera.
Pensar también en los numerosos panes que ahora nos venden, que bien cortados y servidos, nos pueden dar mucho juego para platos sencillos.
Un salmón o un bacalao ahumado sobre un pan de cristal o un pan de aceite. Un jamón fino sobre un pan de cereales con un poco de tomate muy fino.
Un pan de olivas cortado muy fino y como base de una carpaccio de buey con un golpe queso rallado.