Si unas alubias secas blancas encajan maravillosamente con unas buenas almejas, unas pochas naturales son el premio primaveral a una comida sublime. La delicada textura de la pocha, donde la piel casi no se nota, logra el maridaje perfecto con la almeja. De la que hay que aprovechar todo el sabor del agua de su interior, pues junto a un pimiento del piquillo muy picado (casi) van a ser los únicos complementos para las pochas, que suelen ser un poco justas de sabor.
Un buen vino blanco o rosado o un cava brut son el complemento perfecto a unas pochas, que ahora ya se pueden comprar durante todo el año, pues ya se venden congeladas en bolsa, y son muy buenas,