En el mundo de las tapas y aperitivos hay que reconocer que en algunas zonas de España somos primorosos y capaces de inventar desde lo más sencillo, platos exquisitos. Hoy os dejo unos mejillones en conserva, una simple lata, presentada de otra manera para convertirlos en una pequeña delicia diferente, con patatas fritas y piparras.
Partimos de tres elementos muy simples. Unas patatas fritas pero cuidado, hechas en tu casa, pues son chip pero cortadas más gruesas, para que no se vuelvan blandas con el caldo de los mejillones. Se ponen las patatas fritas alrededor del bol o del plato, se vierte encima una lata de mejillones picantones y se añade un toque de pimienta blanca o de pimentón o unas gotas de limón (eso depende de los gustos de los comensales) y se cubre todo con unas piparras QUE NO PIQUEN, pues no se trata de asustar al comensal.
Así de simple, y de fácil, La patatas las puedes freir tú en tu freidora, y se cortan con piel y todo, bien lavadas.