Una tapa puede ser muchas cosas, desde la clásica “gilda” a unos bocadillitos pequeños como el que vemos en la imagen de atún con pimientos del piquillo. Convertir la clásica bola de carne picante en una tapa moderna puede ser tan sencillo como añadir un palillo alto que adornamos con un filetito de bacon turrado. Sin duda las tapas tienen que entrar por los ojos, y parte del éxito está en la barra del bar, en su conjunto, en la suma de todas ellas que llama al cliente a no dejar pasar el momento de “comer / probar” casi todas ellas.
Una tapa es la que "tapa" el vaso de bebida, y un pincho la que lleva un palillo que "pincha". Mi consejo es que se prueben los más novedosos, pues los precios suelen ser similares con los pinchos más clásicos.