Hoy voy a plantearos un plato muy sencillo de hacer en casa y con el que vais a quedar muy bien ante una visita. Una ensalada con nombre importante. Un carpaccio de tomate y bacalao como el que no quiere la cosa, simple pero muy interesante y con pocos ingredientes y fáciles de comprar.
Cortamos muy finas láminas de un tomate de sabor. Mejor si es rojo y que sepa a tomate, que en estos tiempos parece lo más complicado de lograr. Se empieza cortando el tomate unos minutos antes de servir el plato, para que todo esté muy fresco y brillante.
Sobre esa base de láminas de tomate ponemos un pequeño montoncito de lechugas mezcladas y variadas, de las que se venden en bolsa. Muy sencillo todo. Sobre ellas una trozos pequeños de bacalao desalado, del que también venden ya en su punto de servir o bien migas de bacalao que habremos desalado en casa.
Sobre todo el conjunto y para terminar el plato, unos nachos crujientes y unas gotas gruesas de salsa guacamole. Todo regado con un buen aceite de oliva y antes de eso con unos golpes de sal a gusto del comensal. Plato fácil, que encaja muy bien para invitar, barato y con ingredientes fáciles de encontrar.