9.8.19

Consumo de carne, sostenibilidad, calentamiento global

Se nos lleva advirtiendo un buen tiempo de que la actual alimentación mundial es insostenible. Y tendemos a sonreír ante ello, a pensar que son manías de veganos o de intelectuales raros. Ahora se vuelve a la misma advertencia poniendo el énfasis en el calentamiento global, otro asunto que la mayoría no cree, excepto en las semanas de verano donde las temperaturas axfisian. No van por los ibones del Pirineo a ver de qué manera han decrecido en las últimas décadas. Pero vayamos a la alimentación.

Comemos excesiva proteína animal, pero además muy mal repartida. Y en la medida en que miles de millones de personas han accedido o están accediendo al consumo de carne en más cantidad, nos hemos dado cuenta que es insoportable para el planeta. Como siempre las heridas se curan cuando ya están sangrando y no cuando parece que es inevitable que se produzcan.

En estos momentos el 77% de los animales que se producen en el mundo para la alimentación humana son el pollo y el cerdo, y un 22% restante es el vacuno. Ambos contaminan de diferente manera. Las vacas producen gas metano que aunque es más calorífico en el medio ambiente que el CO2 o el óxido nitroso de los cerdos, dura unos 10 años en el ambiente, mientras que los gases de los cerdos duran unos 100 años aunque sean menos caloríficos sus gases.

Empleamos tremendas dosis de energías de todo tipo para alimentar a los animales, en cuya producción también se contamina mucho. Alimentarnos en exceso de proteínas animales es un proceso insostenible a nivel mundial. Y además muy mal repartido.

Mientras hay países donde es complicado adquirir verduras y la alimentación animal es la más habitual, hay otras en las que se debería aumentar el consumo de proteínas animales. Y de hecho se está aumentando, lo que complica las soluciones. Todo esto unido a que el 10% de los alimentos animales ya despiezados y vendidos en tiendas o mercados se tira a la basura por caducidad, vemos que no estamos teniendo un control válido a la hora de tratar este problema.

Menos consumo de carne, más control, elegir mejor el tipo de animal, controlar la alimentación dentro de la ganadería. Se calcula que para un kilo de carne se necesitan sobre una media cercana a los 15.000 litros de agua. Unas 10 veces más que se se produjera alimentos vegetales como las hortalizas en la misma cantidad calorífica. Unos 16.000 litros para un kilo de carne de vaca, unos 10.000 litros para un kilo de carne de cerdo. Unos 5.000 litros para un kilo de carne de pollo. Está incluido lo que se necesita para lograr la alimentación vegetal de cada especie ganadera. 

Cuando algunos apuntan a que no se contamina tanto como se publica o que los consumos energéticos que se dicen son excesivos, se olvidan de sumar lo que se necesita para crear los productos con los que alimentar a los animales.

La ganadería industrial (en su totalidad) contamina más que los modelos actuales de transporte. Sumada la alimentación animal, la producción de antibióticos y la contaminación propiamente animal.

Sobre el 75 - 85% de la superficie plantada del planeta se usa para dar de comer a los animales. Y el 15 - 20% para dar de comer a las personas. Se calcula que desde el año 2000 al año 2050 si no cambiamos los sistemas, se tendrá que producir el doble de toneladas de carne para alimentar los mercados. Unos 465 millones de toneladas año. Son 1.300.000.000 de kilos de cane al día.

Mientras que en España se consumen de media unos 76 kilos de carne al año por persona, en países en vías de desarrollo se están consumiendo una media de 34 kilos por persona y año. El aumento será imparable. Pero en los EEUU se consume unos 95 kilos y en los países más pobres de África o del sudeste asiático no llegan a los 20 kilos de carne al año.

Si a eso añadimos que solo en los EEUU se calcula en unos 14.000 toneladas de antibióticos suministrados a sus animales, entenderemos mejor el aumento de problemas. Pero son siete veces menos que los antibióticos que se suministran a los animales en China. En Europa estamos sobre las 9.000 toneladas.

Es curioso que haya muchos animales con una alimentación mejor y más nutritiva que muchos seres humanos. Incluso con un acceso al agua de boca mucho mejor y mejores condiciones higiénicas y en más cantidad y sostenible en el tiempo.

Por una parte hay que consumir menos carne en algunos países excesivamente carnívoros. Por otra hay que intentar menos desperdicios de carne, con elaboraciones que aprovechen más la totalidad de algunos animales. 

También los consumidores debemos ser respetuosos con lo que compramos y controlar mejor los desperdicios. No se trata solo de consumir en general menos carne, sino de repartirla mejor y de forma más eficiente. 

A su vez hay que seguir investigando en carnes “casi” artificiales, en alimentaciones animales mejores y en una ganadería más técnica y que siendo rentable sepa optimizar los recursos escasos que el planeta es capaz de entregar a la ganadería.