Estamos acostumbrados a comer mucho primando la cantidad a la calidad. Este error lo empezamos a sufrir nosotros mismos a la hora de comprar. Un buen jamón se puede comprar desde los 100 gramos (o incluso menos) si en la tienda no nos van añadiendo al peso papeles gruesos, plásticos y fundas. Hay supermercados con logotipo verde que si nos fijamos al ponerse a pesar el producto empiezan desde menos 10 gramos, descontando el peso de la base sobre la que se coloca el embutido.
Un buen jamón, pongamos de 40 euros el kilo, se pone de precio los 100 gramos en 4 euros. Es verdad que uno de 25 euros el kilo es casi la mitad, pero el sabor no es el mismo, y tal vez si en vez de comprar 150 gramos compramos solo 100 gramos el precio sea el mismo.
Esto sirve para los ingredientes que vemos en el plato. Un buen queso curado español, el jamón que por el color y el corte ya podemos imaginar que es excelente, un chorizo de lomo, un salchichón extremeño y un poco de butifarra negra catalana. Solo 5 productos y en pequeña cantidad, suficiente para un inicio de cena si son productos de calidad comprados en una tienda o mercado de confianza.