Las Pringles sí son patatas fritas y eso le va a costar decenas de millones de libras a su fabricante, la multinacional Procter&Gamble.
El debate sobre la 'esencia' de este conocido 'snack' con forma de tubo se ha dirimido en los juzgados por cuestiones económicas, ya que su fabricante quería ahorrarse el IVA de este producto.
La Corte de Apelación británica ha dictaminado en favor de Hacienda, que mantenía que las Pringles son patatas fritas y, por ello, deben ser gravadas con IVA.
Los productos de alimentación están generalmente exentos de IVA, según la legislación británica, aunque una de sus pocas excepciones son las patatas fritas.