Veamos un ejemplo de menú degustación, para ver lo sencillo que es realizar en casa unas presentaciones que pueden sorprender para una fiesta familiar, un cumpleaños o una cena romántica. Efectivamente lleva un trabajo importante, pero la satisfacción de hacer algo diferente también es notable.
Empecemos con un sencillo aperitivo, una clásica tapa algo trabajada y acompañada con un pequeño cóctel de cava o un Martini. Un langostino pelado envuelto en becon y luego frito en abundante aceite bien caliente y puesto sobre papel absorbente para que desprenda toda la grasa que sobra y servido sobre una lámina de pan tostado.
Después abrimos mesa con unos cogollos de Tudela partidos por la mitad (o en cuatro según tamaño) con una salsa tipo cesar o de yogurt y unos golpes de queso rallado tipo parmesano por encima.
Unos simples huevos rotos (en el momento de servir) sobre unas láminas de bacalao desalado y pochado muy justo para que no se pase de punto o bacalao ahumado de sobre si no quieres complicarte la vida, que descansará sobre un fondo de patatas fritas, y sin duda sorprenderá. Si le añadimos unas láminas de trufa fresca por encima, maravilloso.
Una merluza asada al papillote en el microondas con limón y unos toques de peladura de naranja sin la parte blanca de esta, sirve perfectamente para dar entrada a la contundencia. Estamos hablando de menú degustación, así que las cantidades de cada plato deben ser escasas.
Terminaría (si es comida) con una carne asada al horno convencional con romero y tomillo. Despacito, lentamente, con sabores y unos toques de vino tinto por encima, más bien algo salada que sosa y tostada al grill por fuera en los últimos cinco minutos. Un asado debe comenzar fuerte de calor y después no más de 180 grados para que esté dos horas en el horno.
Para postre nada como un hojaldre de la zona, con nata y miel o sin ella, suave pero bien decorado con unos frutos secos o unos frutos rojos. Un helado de pistachos o de chocolate a su lado encaja muy bien.
Cuidemos el pan, debe ser de calidad y un buen vino rosado de Navarra o dos botellas una blanco de Rueda y otro Somontano tinto. Para los postres nada como servir un cava brut.