La retacía o ratafía es una bebida alcohólica propia de ciertas zonas de
Aragón sobre todo de la ribera del Jiloca y de Cataluña donde la llaman ratafia. Una bebida espirituosa de aguardiente con nueces verdes y hierbas aromáticas.
Es una bebida muy antigua que según dicen nace en el siglo XVIII con el Padre Fray Miguel de Berbegal, fraile franciscano que habitaba en el convento de Calamocha.
Es una bebida muy antigua que según dicen nace en el siglo XVIII con el Padre Fray Miguel de Berbegal, fraile franciscano que habitaba en el convento de Calamocha.
Fray Miguel era profesor
de teología y viajaba por Europa dando clases a misioneros antes de partir a
sus destinos, lo que le permitió conocer diversas bebidas medicinales y que
levantaran los ánimos. Al llegar a su convento de origen una de sus bebidas que
con más éxito distribuía a los enfermos de ánimo de su zona era la retacía,
pues levantaba la moral y curaba toda enfermedad de la pena.
Su fórmula era un secreto que guardaban las paredes del
convento hasta que con la desamortización de Mendizábal tuvieron que cerrar sus
puertas y con ello y la separación de sus miembros, se iba a perder la fórmula
secreta de la bebida.
Así que optaron por lo contrario. Contar a cada vecino de Calamocha la fórmula secreta de esta bebida espirituosa para que la siguieran haciendo en sus casas.
Así que optaron por lo contrario. Contar a cada vecino de Calamocha la fórmula secreta de esta bebida espirituosa para que la siguieran haciendo en sus casas.
Hoy cada casa de Calamocha guarda su particular fórmula
mágica de la retacía, que trasmiten de padres a hijos y que no cuentan a nadie
más. Pero algo se ha ido transmitiendo y vamos a dar en este blog.
Vamos a mezclar un litro de anís seco con un litro de anís
dulce en un bote de cristal grande, de esos de boca ancha. Añadimos dos docenas
de guindas sin los rabitos y media docena de nueces verdes sin la cáscara
exterior y machacadas o cortadas a trozos. Y aquí paramos a explicar.
Se puede hacer con cerezas, pero quedará más dulce y menos
ácido. Se puede hacer con nueces secas y maduras, pero volverá a quedar menos
áspero y ácido. Lo correcto pues sería hacer la retacía al principio del
verano, cuando los guindos están en su puntos y las nueces verdes con su sabor mejor. Continúo.
Se añade al bote y entera la flor de un clavel rojo, dos
palmos de una rama (palo) de zarzamora con sus pinchos cortada en 4 trozos (no
es broma, es fundamental esta rama sin hojas de la zarza), una docena de granos
de café, 3 granos de anís estrellado, media ramita de canela, algo de espliego
y de hierba maría luisa, una ramita de tomillo y otra de menta.
Se cierra al bote de cristal y ahora viene el gran truco. Se
deja al aire y sol del verano, en el tejado o al aire libre, cuidando de que no
te lo vayan a robar si lo dejas en una zona muy a manos.
Llegado noviembre el licor está listo para ser colado, probarlo por si hubiera que añadirle algo de azúcar y servir durante el invierno para animar enfriados, decaimientos o penas varias.
Nota.: Aquí encontrarás algo más de información
Llegado noviembre el licor está listo para ser colado, probarlo por si hubiera que añadirle algo de azúcar y servir durante el invierno para animar enfriados, decaimientos o penas varias.
Nota.: Aquí encontrarás algo más de información