A veces lo muy simple puede ser original y curioso. Nunca se
me había ocurrido rebozar con huevo y pan rallado unas simples setas de cardo. Pero
así de simple, así de bueno.
En un restaurante de Madrid me las ofrecieron dentro del
menú y no me lo pensé. Quería ver qué eran esas setas de cardo rebozadas, qué
resultado ofrecían la mezcla de algo hoy muy barato pues vienen de cultivo. Les
quitan gran parte del pie que es la zona más dura y así las pueden freír en crudo
con el rebozado. Las pasan por huevo y pan rallado dos veces, para que cojan
cuerpo. Y la fríen en un aceite correcto hasta que toman color. Servidas con un
poco de tomate y algo de lechuga más una rodaja de pera roma, resultan un
primer plato curioso y distinto a la vez que muy sencillo. Debo reconocer que
las setas ganan de sabor al estar arropadas por el pan rallado, que además
pueden tener unos ligeros toques de perejil y ajo muy picado para darle todavía
más cuerpo de sabor.