Todos los que viajamos a Bélgica nos acordamos de sus cervezas: fuertes, oscuras, tostadas y amargas, o afrutadas si prefieres algo diferente. Pero la gastronomía de Bruselas es mucho más que la cerveza y los chocolates. Las sopas de pescado que en realidad son cremas, pues suelen llevar pasados por la batidora los pescados hasta formar una contundente crema espesa y muy sabrosa con algunos toques de ajo y de verduras, y que son un detalle gastronómico menos conocido. Se venden mucho los mejillones cocidos con apio y cebolla pero es el vino blanco o la cerveza en su cocción el que da el toque diferente. Se habla de sus carnes vacunas a la plancha o a la brasa y es verdad que están maravillosas en su punto o un poco menos. O sus carnes cocidas en cerveza hasta formar una salsa espesa y oscura que está mejor todavía que la carne.
Pero hay otro detalle que nadie nombra y marca diferencias. Las ensaladas. Verdes y muy sabrosas, con legumbres diminutas o con trozos de quesos muy variados, con salsas contundentes donde la influencia de la India se nota con las natas. Un detalle es que las ensaladas se forman con trozos muy pequeños de acompañantes y con verduras de lo más sabrosas, algo que sorprende pues las mismas en España saben menos. Sin olvidarnos de los encurtidos con verduras, sean pepinos, calabacín o berenjenas. Pero con el añadido de lentejas caviar, quinoa, arroz salvaje, garbanzos, guisantes, judías o habas diminutas o alguna pasta pequeña o incluso fideos finos, configura una ensalada diferente y cuando menos simpática. ¿Y les he hablado del salmón ahumado como de los mejores que sirven en España a granel, y no de esos de sobres de 80 gramos que en realidad no saben a nada? Eso si, los embutidos y los café de todo tipo están muy lejos de los españoles, pero todo no puede ser mejor. Y nunca pidáis chocolate a la taza, pues aquí se creen que es leche con ColaCao y nada más.