Los gofres belgas son los auténticos, no tengáis duda. Los gofres americanos fueron posteriores, una copia de la receta europea que llevaron los holandeses y a los que les han realizado algunos pequeños cambios. Aquí podéis encontrar la receta de los gofres belgas, para intentar hacerlos en casa. Recordar que se comen calientes, que aunque se pueden tomar sólo con la masa recién sacada de la gofrera, lo lógico es añadirle elementos por encima que es lo que realmente los convierte en un maravilloso postre. Como mínimo una capa de nata montada y unas rayas de chocolate negro para disimular. Os dejo una imagen de un escaparate de una gofrería de Bruselas, donde por 1 euros te pueden servir la base del gofre vacía, sólo el pan dulce, y que con los ingredientes que tú mismo elijas llega entre los 4 y los 7 euros el gofre.